Llaman a la puerta los recuerdos,
como relámpagos en la noche,
iluminan por un momento
todo aquello que no quiero recordar.
La palabra se retuerce sobre sí misma
y su significado se estira y se estira
hasta reducirse a tela de araña o polvo
cenizas sobre los muebles del desván.
Mi silencio es cómplice de todo aquello,
mi culpa señal inequívoca de la represión.
Sólo la poesía resguarda mis lamentos
como un diario, un bosquejo, un deseo
disparado a ciegas esta noche desnuda,
cansada, de huir eternamente hacia la nada...
2 comentarios:
Yo, a diferencia de Lizardo o de vosotros, no soy poeta, pero me encantaban unos versos, creo que de Cernuda, que decían así:
En vano aplazo decisiones,
inútilmente intento redimir viejas culpas,
ni el tiempo sobra
ni la carne espera.
Un abrazo.
Preciosos versos Jose. Cernuda sigue siendo uno de los grandes. De su obra me quedo con Ocnos, una maravilla. Muchas gracias por los versos.
Un abrazo!!
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