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martes, 28 de abril de 2009

La mariposa fantasma.




F. Tenía una obsesión. Lo que para algunos es una agradable y tranquila manera de dedicar su tiempo libre, la colección de mariposas, en él se había convertido en un modo de vida. Era la única cosa de este mundo que despertaba en él verdadero interés. Tenía una gran colección, más de 5000 mariposas disecadas, clasificadas y atravesadas con un alfiler. F. había gastado una fortuna en viajar por los cinco continentes buscando ejemplares que pasaran a engrosar lo que el llamaba, no sin cierto cinismo, su testamento vital.

Un día, mientras curioseaba en una librería de viejo, encontró un pequeño tomo de tapas raídas. Se titulaba “La mariposa fantasma”. Decidió comprarlo al comprobar que no se trataba de una novela fantástica, en la contraportada se leía que era la autobiografía del mayor cazador de mariposas de la historia, un alemán llamado Markus von Pelleck, fallecido durante la Segunda Guerra Mundial.

Ya en su casa devoró el libro. En él descubrió el porqué de aquel título tan misterioso. La mariposa fantasma había sido la única que había escapado del exhaustivo cazador alemán. F. se juró a sí mismo que no cometería el mismo error y desde esa misma noche dispuso lo necesario para conseguir atrapar aquella mítica y escurridiza presa. Aunque lo cierto era que no sabía como empezar su particular cacería.

Aquella noche F. tuvo un extraño sueño. Una mariposa de alas etéreas, envuelta como en nubes de azul cobalto, le perseguía y, lo más extraño, era que él no se enfrentaba a ella, sin su sombrero y sin su red huía atemorizado poseído por un horror que nunca había sentido. Al despertar, sudado por la agitación, creyó comprender el significado de aquella pesadilla. La mariposa fantasma existía. Ésta habitaba en los arrabales de la conciencia, escondida junto a materiales de derribo, restos de una vida sujeta a frustraciones, manías y complejos; enredos psicológicos, en definitiva, que reposaban en la mente de todo cazador y que de vez en cuando había que sanear para que no anidaran insectos tan terribles como éste. Pero a F. todo este razonamiento le pareció una oportunidad única de triunfar donde otros habían fracasado.

En los días siguientes F. no salió de casa. En la tienda donde trabajaba no preguntaron por él, estaban acostumbrados a estos viajes sin avisar, estos impulsos que le habían hecho cruzar los siete mares. Lo que obviamente ignoraban es que, en esta ocasión, el único mar que F. estaba dispuesto a cruzar era el de la locura. Su propia locura.

Situado en el páramo más solitario de su habitación, con su sombrero calado y armado con su red, F. se adentró en el laberinto de su memoria, atravesó los pantanosos senderos de la duda, los campos nubosos del miedo, como podéis imaginar, sin éxito.

Por las noches revivía una y otra vez el mismo sueño, aquella enorme mariposa persiguiéndole hasta que a F. le faltaban las fuerzas, hasta que rodaba por el suelo, hasta que la mariposa se introducía en su interior rasgándole las entrañas.

La infructuosa caza duró dos largas semanas. F. estaba cansado, derrotado y lo peor era que intuía que aunque abandonara su particular aventura aquel mal bicho continuaría persiguiéndolo en sueños el resto de su vida. Pensó en ir al médico, un psiquiatra le podría ir bien, había oído que existían medicaciones que ayudaban a dejar de soñar. Pero cómo contar a otra persona que había sido humillado hasta la locura por una mariposa, seguramente acabarían encerrándolo en un sanatorio.

Hacía días que no se duchaba, estaba mal alimentado y vivía retro-alimentando su obsesión. Bajo el agua fría de la ducha lloró al darse cuenta de su estupidez. Comprendió que el ser humano es insignificante, que todo héroe tiene su Némesis, y que la suya era él mismo y su particular forma de vivir. Al mirar su demacrada figura ante el espejo le pareció que sobre la fría superficie de éste aparecía una silueta grotesca y vaporosa. Entonces comprendió que era la mariposa fantasma y que no podía atravesarla con un alfiler, que todo era producto de sus pensamientos, que lo único que podía hacer era comprender su comportamiento y sus costumbres que en realidad eran las suyas. Entonces cerró los ojos y cuando los volvió a abrir la mariposa había desaparecido, porque así ocurre siempre con las realidades interiores si se demuestra la fortaleza necesaria. En el fondo, tras la puerta, sólo queda la nada.

lunes, 27 de abril de 2009

Humo, sólo humo.



Llamo a tu puerta

melancolía del silencio

cansado de recorrer siempre

los mismos caminos

las mismas calles

los mismos andenes.

La ciudad se me antoja una trampa

en la que estoy atrapado

un laberinto de sonidos,

voces, caras, esquinas, coches,

animales deformados por la prisa,

humo, en definitiva,

volátil e irrelevante,

humo,

tóxico y necesario,

humo sólo humo.

Por esto

llamo a tu puerta

deseo que reanimes mi apático semblante

insufles de ánimo mis pulmones

tan tristes, tan grises,

necesitados como están de sonrisas,

necesitados como están de comprensión.


Me ahogo en mi propia abulia.


Nada tiene sentido.


Quizás si abrieras la puerta

tu y yo podríamos salvarnos y escapar...

Pero la huida tampoco tiene sentido.


A donde iré si los lamentos no cruzan fronteras

si ya nadie derriba muros

si el plástico siempre fue indiferente.

A donde iré si las salidas están cortadas

sino hay más fuga que la muerte

a tanta desesperación.


Ábreme ahora

necesito sentir tus manos sobre mi piel,

abriendo canales donde trasportar

el vacío que me acecha,

la lastimosa nada que contengo

para que llenes de caricias mi tristeza.

domingo, 26 de abril de 2009

27-4-2009



Despiertas

un día como cualquier otro

sin brumas en la mirada

sin dudas en el horizonte.

Despiertas

y comprendes que

no malgastaste tu vida.

Junto al café caliente repasas

lo que ha sido

lo que es

mientras miras

transparente por la ventana

los pardos tejados

la fuente ajada

las flores que adornan tu jardin.

Quizás una voz

te pregunte con complicidad:

¿Llevaste la leche?

¿Has dormido bien?

material de rutina

para que salgas de tu ensoñación,

sientas que no estás sola,

comprendas que la felicidad

es una trampa

y la alegría es contagiosa

que no hay mejor enfermedad.

Ante el espejo

ves el paso del tiempo

las grietas que dejaron en tu mirada.

El día se presenta duro

quizás pienses que no tendrás fuerza

quizás llores en silencio,

impotente ante la impotencia,

ojalá que en ese caso

enjuagues tus lágrimas con decisión

ya sabes que la vida es dura

más que nadie

conoces el valor inabarcable de la vida.

Después afrontarás el día

fuerte y amorosa

cuidarás a tus niñas tan pequeñas

cuidarás a tus niños ya tan grandes.

El día acabará como empezó

mirándote al espejo

como si buscaras en su fría superficie

ese guiño que avive el fuego

hasta que arda el dolor y la frustración.

Ojalá lo encuentres

y tu reflejo te mire

y tu reflejo te diga:

-Has trabajado duro,

has vivido intensamente,

mañana será un día maravilloso

Let it be.

Quizás

entonces cierres los ojos en la cama

apagues la radio cansada

y sonrías contagiada

por tu propia alegría.

miércoles, 22 de abril de 2009

Llorar



Si llorar abriera puertas

lloraría con desgarro

inundaría las calles de lamentos

gritaría de rabia

al no encontrar otra cerradura.


Si llorar vaciara mi mente

cerraría los ojos

para no ver más que lágrimas

donde flotan perdidos

mis recuerdos más terribles

mi presente de sombras

mi futuro incierto.


Si llorar cerrara heridas

arrojaría al mar el Betadine y

con cada tirita por usar

ya fuera apósito o gasa manchada

formaría un collage en homenaje

al descubridor de los anti-depresivos.


Desgraciadamente no es así.


Llorar me produce nauseas,

cefaleas y demás efectos secundarios.


Llorar, para mí,

es encerrarse tras barrotes de autolamentación,

es bajar los brazos en la lucha del día a día,

es perder la paciencia, el coraje, la alegría,

es un apaga y vámonos, sin rumbo,

es dar terreno a la abulia y la desidia,

es la peor de las soluciones

porque no soluciona nada.


Pero la vida tiene estos misterios,

el ser humano necesita llorar

para precisamente ser

humano.

jueves, 16 de abril de 2009

Personas





Hay personas que,

en vano desnudan su alma;

dibujan un círculo a su alrededor y

éste se incendia vertical

encerrando para siempre sus sueños.

Personas que luchan por ser comprendidas

sedientas como están de esa mano amiga

que no ejecute sentencia prematuramente

y escuche y escuche

y escuche

todo lo que tienen que decir

esas personas que desnudan su alma

sin vergüenzas, ni conciencia de

esos oscuros aspectos que afloran,

únicamente,

cuando se desdibujan los límites

entre fantasía y realidad,

cuando se derrumban los muros

tras los que creemos proteger nuestras soledades.

Esas personas

seguramente acabaran ligadas de por vida

a substancias que deformen

violentamente

su cuerpo entrado en carnes

su mente fugada de sí misma.

Serán tachadas, etiquetadas, clasificadas,

encerradas, en definitiva,

tras barrotes socialmente establecidos.

Estas personas un día morirán,

como mueren todas las personas,

para bien o para mal,

serán cuerpos desnudos al fin,

libres de toda carga, y

entonces

a nadie importará,

a nadie,

si les gustaba jugar a ser dios.

miércoles, 8 de abril de 2009

A gritos


A gritos rompo el silencio de la oscura habitacion,a gritos te llamo sin pronunciar tu nombre.Nadie me contesta, nada me hace callar sin embargo la voz se me pierde.¿Donde estas? Te siento lejos, mi voz no te alcanza, mis gritos ensordecen el ruido del exterior.


A gritos la vida se me escapa, a gritos silenciados por la indiferencia.Duele esta afonia que me hunde más en la cama, duele una garganta callada a contrareloj.El tiempo pasa y mi interior sigue gritando aunque nadie oiga, aunque nadie repare en ello, aunque estas cuatro paredes nisiquiera hagan eco de mis chillidos.

A gritos te escapas de mis manos,incapaz de levantarme para retenerte porque no estas ahi, es sólo mi imaginación la que te ve a mi lado. A gritos rompo las reglas establecidas,los tabues impuestos.

Remilgada quedo en la cama postrada y tu te vas, sin ahogar mi pena, sin calmar mi dolor. Te vas inmune a mis quejidos, en silencio, sin gritos.








sábado, 4 de abril de 2009

Manos vacias




Me acerco a ti con las manos vacias
vacias de esperanza e ilusiones.
Algo me dice que tu puedes llenarmelas
asi que esa es la mejor de mis intenciones.

Viendo el mundo como un simple espectador
me pierdo cosas que podrian romper el vacio
pero tambien me protejo  de otras
que acabarian fulminantemente conmigo.

Me acerco a ti con la cabeza bajada
con la moral machacada,
el corazon latiendo por algo que no identifico
el para siempre es ya algo mitico.

Voy hasta ti con parcas palabras
esperando que entiendas lo que mis labios no pronuncian
esperando que respondas y tu corazon me abras
latidos rapidos que no se ensucian.

Sabiendo que la poesia no es lo mio
la elijo para pedirte que luches conmigo
que me saques de este agujero,
juntos, venzamos al vacio.


miércoles, 1 de abril de 2009

A Sol.


Hay rutinas que respiran vacío
dormidas, como rocas en los arrabales del tiempo
esperan el porvenir
resignadas al hueco donde, suspendidas,
reposa su esperanza de corcho,
su quimérica ilusión,
un ataud abierto a la melancolía.
Hay rutinas que así deshojan los días,
por hacer algo clavan las uñas
hasta que sangra la carne,
desoyen las palabras con premura ejecutiva, 
lloran en soledad y ríen,
si es que alguna vez ríen,
en una soledad, si cabe, más sola.
En cambio,
hay rutinas que escapan del asedio,
ignoro si poseen una fuerza innata o
si la vida las moldeó con suavidad 
mimando su tiempo con flores y vino.
Estas rutinas acompañan a otras 
a todas aquellas que se paran a escuchar
¿a dónde se dirigen? poco importa,
en el fondo 
todas las rutinas
acaban de la misma manera.
Quizás 
lo importante 
lo único que las diferencia
sea su predisposición a viajar.