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lunes, 28 de enero de 2013

Mundo Nikosia.

La música amansa a las fieras; la música, como el amor, mueve montañas...hay cientos de dichos seguramente que hablen sobre este arte pero yo voy a tratar de explicarte qué es la música para mí y porque este proyecto es tan especial...

Si te lo paras a pensar, seguro que hay momentos de tu vida que van acompañados de una banda sonora muy particular. Verás, MUNDO NIKOSIA nace desde la más sana locura, desde la libertad de creación y la unión de artistas que ponen su música como moneda de apuesta para Radio nikosia... No es casualidad que los nikosianos hayamos escogido un CD recopilatorio para celebrar nuestro 10º aniversario y a la vez despertar conciencias y conseguir que la solidaridad brille entre las personas que se acerquen a nosotros, en lugar de brillar por su ausencia, un dicho más de los populares...



Para mí la música es algo clave, esencial, especial en mi vida. Puedo afirmar que la necesito. Y no, no toco ningún instrumento ni formo parte de ninguna banda de música, pero la adoro. Siempre que pienso en este arte me viene a la cabeza la palabra COMPAÑÍA. Desde bien chiquita, admiraba ya la música, sobretodo porque aislaba los gritos que habían a mi alrededor o porqué rompían esos silencios incómodos a que se daban a veces. Es una compañera de viaje, de creación, de diversión.

MUNDO NIKOSIA (ver www.mundonikosia.com) nace en el momento justo y agrupa a una seria de artistas cuya filosofia de vida coincide mucho con la nuestra, la de los nikosianos. Queremos luchar por un mundo mejor y aunque muchos nos llamen utópicos, ¿ hacemos mal a alquien ? Me encanta que seamos soñadores y que este recopilatorio aúne de lo bueno lo mejor.

Hace un par de meses estaba ingresada en el hospital y sentía esa soledad punzante que duele y que arranca lágrimas... Para hacerle frente pedí a mi compañero que me trajera música, porque no podía soportar que mi cabeza diera más vueltas. Puse unas cuantas fotos de mi gente en la habitación y junto a la música me sentí mejor, sentí a los míos más cerca y así podía dejar volar mi imaginación... Pensaba en qué pasaría si alguno de los grandes músicos que forman parte de este loco y bello proyecto entraran por esa puerta hermética y arrancaran sonrisas a los pacientes.. Sería una revolución musical y estoy segura de que mucha medicación sería innecesaria.

También la música me lleva a pensar en esos días de hace unos años atrás en los que tenía que acudir al Hospital de Día. Allí veía gente babeando por las mesas, pero había un chico que me llamaba especialmente la atención por su mirada fría, perdida, drogada... Una de las únicas actividades que le motivaban era el taller de MUSICOTERAPIA. Aclaremos, en Radio Nikosia no hacemos terapia y no nos gusta que se abuse de este término, el arte es arte y aunque en el fondo sea terapeútico para muchos no queremos que todo se etiquete así, pero en ese momento aquel chico de la mesa, con las brazos caídos, bailaba al son de la música y sonreía, sonreía y sonreía...Al acabar el taller volvía a su rincón.

Creo que entiendes perfectamente porque te explico este caso.

Andamos anestesiados por el dolor que nos causa una sociedad individualista, superficial, etc y MUNDO NIKOSIA abrirá muchas puertas para que cada mañana encuentres un motivo para levantarte.

lunes, 21 de enero de 2013

Hoy he visto a mi compañero de viaje trabajar todo el día: mobil, ordenador, teléfono fijo...ufff!! Ha sido un día intenso de trabajo y entre cansancio y risas por los logros conseguidos, las ojeras se iban marcando cada vez más y la mirada se perdía...era así hasta que una nueva persona hacía " Me gusta" en uno de los proyectos en los que trabajaba.

Simplemente pretendo, desde aquí, felicitarle porque mi compañero llevaba unos días como ausente y hoy le he visto VIVO.

Estoy orgullosa de él y me ha encantado verle trabajar. Sigue así mi niño!!

ALMU.

¿Por qué estudiamos?

Estudiar, ¿para qué?. Estudiar como objetivo abstracto, por sublime que sea, parece un objetivo vacío.

¿Por sus fines? no es un objetivo menos vacío en lenguaje político, progre, popular, etc. “Para asegurar el futuro de nuestros hijos” “Llevar a la Sociedad a la cima de la Justicia y el Bienestar” “Mejor en lo Público”. A cantidad de padres de familias la pregunta les asombraría, por estúpida. “Para que nuestros hijos vivan mejor que nosotros” . Sin respuesta el joven estudiante, impulsado a estudiar por algún tipo de necesidad, sin otra alternativa. Según la Institución preguntada. Unas para formar cierto tipo de persona, con cierto tipo de conducta o de creencias, para cierto tipo de sociedad. Otras, para todo lo contrario, dicen potenciar la libre expresión natural. Otras, sólo son un medio , para el fin de estudiar todavía buscan respuesta. Hasta, justificando su salario, el maestro más vocacional dice: “gozar formando ciudadanos”, “aprender de sus estudiantes cada día”, pues yo no le pagaría, más bien le cobraría.
Todo tan claro, como oscuro y confuso. ¿Pregunta abstracta o mal planteada?.

No. Creo que es acertada. Son las respuestas inadecuadas, más bien. Estudiar, hasta cierta edad, es mejor alternativa que la explotación infantil. Un lugar en la sociedad, estudiantes como clase, hasta la mayoría de edad. Es lo menos malo hasta que a alguien se le ocurra algo mejor. De entrada la pregunta sin un concreto abanico de respuestas alternativas, es una pregunta casi trampa. Peligrosa, desde un contexto de crisis como el creado en la actualidad, la pregunta ¿estudiar para qué?, sin una rentabilidad futura, si no vas a trabajar de lo que estudias, si no asegura un horizonte mejor en lo económico-social...Casi suena a extravagante tanto gasto, así que ahorremos y el que quiera estudiar que se lo pague. Total, ¡para acabar repartiendo pizzas!. Así, la única respuesta se acerca a estudiar como distintivo de clase, estudiar para el que se lo pueda pagar.

La respuesta puede alargarse hasta el infinito. Humildemente, sin pontificar nada, mi respuesta a ¿para que estudiar?. Sería suficiente, para que se dote a la persona de los instrumentos necesarios para satisfacer su apetito de saber, receptivo a la necesidad de conocer, durante el largo camino de toda una vida. Tanto para el saber especializado del erudito académico, sabio en lo suyo aunque ignorante del resto, pero socialmente necesario en la sanidad, la ciencia, la historia, la economía etc., mejor valorado profesionalmente; como para el saber particular propio del diletante, ese que nos llena la vida de inquietud por conocer pero que nunca satisface la curiosidad natural pues moriremos sin saberlo todo, donde se tiene un conocimiento de todo aunque sin saber de nada concreto. Una sociedad compensada, buenos profesionales específicos para lo específico, una mayoría no ignorante, con criterio propio de lo común, para lo comunitario. Una Sociedad de Personas que puedan ver y denunciar, en lugar de tragarse los mitos de nuestro presente, que se pueden resumir en tres fundamentales: el fundamentalismo científico, el religioso y el político. Una Sociedad donde el ama de casa, el pescadero, la ingeniera o el loco, puedan defender su opinión propia sobre el aborto o la libertad o la crisis financiera. Sin hacer el ridículo como ahora, que sólo hay ovejas que defienden, como propias, las tesis de sus amos: los políticos, los expertos, el sindicato, etc. opiniones manipuladas por otros, no nacidas de la propia y legítima crítica. Estudiar no como un saber acumulativo, sino para que las personas sean seguras en la crítica porque saben. Personas, y no ignorantes consumidores satisfechos, cuyo saber es rellenado por una mitología dogmática, religiosa o política, de un poder que los adiestra en sus valores para perpetuarse. Es más, se podría decir que estudiar sirve para acumular las razones necesarias para despreciar a mucha gentuza que de otro modo no podríamos despreciar con razón.

No parece una gilipollez afirmar que una respuesta adecuada y prudente, acaso la única, a la pregunta “¿educación para qué?” sería esta: para que los ciudadanos alcancen una formación que les permita plantear la pregunta ¿estudiar para qué? en sus justos términos y más aún, responderla.

Autor: Joan García, compañero y amigo.

viernes, 18 de enero de 2013

UN POCO DE PSICOANALISIS: Jean-Claude Maleval

Jean-Claude Maleval, psicoanalista lacaniano; profesor de Psicopatología en Rennes



La edad me hace un psicoanalista menos apasionado, luego mejor: es más importante el paciente que tu pasión. Nací en París del 5 por ciento de profesores universitarios hijos de obrero. Dios no me lo planteo. Colaboro con la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona


Dejémoslo en técnica
Grave y contenido, al profesor Maleval, reputado lacaniano, le preocupa más lo que se dice del psicoanálisis que lo que no se dice, por eso censura mi ligereza al hablar de "subconsciente colectivo": "El psicoanálisis -puntualiza- no explica todo; ni es una filosofía ni una metafísica: sólo es una técnica". Del mismo modo, el psicoanalista se define tanto por lo que no hace (no se apasiona, ni deja que su subjetividad entorpezca la autoexploración del paciente ni se vincula a él) como por lo que hace (le estimula para que él mismo se descubra). Maleval, invitado por la Associació Catalana de Detecció Precoç, ha alcanzado notoriedad mundial por su investigación sobre el autismo.


Usted es autor de textos científicos como Lógica del delirio, Locuras histéricas o Necrofilia y perversión...
...

Habrá visto de todo... ¿Qué ha visto?
Mi primera impresión al contemplar mis treinta años como psicoanalista es que somos muy diferentes...

¿Y...?
... Pero, sobre todo, vivimos en mundos diferentes. Cada uno se construye el suyo. Y he visto que el mundo insólito del otro no tiene nada que ver con el tuyo. Por eso, comunicar nuestros mundos parece una ilusión.

De ella vivimos.
Y por eso la normalidad sólo es otra ilusión. Hay tantas normalidades como personas. Freud enseñó que la normalidad sólo es una manera más de vivir aprovechando mecanismos psicopatológicos. Cada uno construye su normalidad con sus esquemas enfermos.

¿Todos somos neuróticos?
O neuróticos o psicóticos en alguna medida.

¿La psicosis más grave duele más?
No existe proporción gravedad-dolor. Hay quien sufre muchísimo con una psicosis leve y quien no sufre nada con una gravísima.

¿El dolor psicológico sirve para algo?
A veces forma parte inevitable de la curación al empujar a la creatividad. Y es exactamente lo que persigue el psicoanálisis: estimular nuestra capacidad de autoterapia.

Autoterapia: al menos es barata.
Necesitas a otra persona para incentivar esa capacidad. El psicoanalista estimula al sujeto para que halle sus propias soluciones.

¿Y al psicoanalista quién lo estimula?
Los psicoanalistas nos psicoanalizamos. En cambio, los psicólogos cognitivo-conductuales no necesitan aplicarse su propia terapia, porque curan a partir del síntoma.

¿Y los psicoanalistas cómo curan?
Ayudamos al paciente a deconstruir y reconstruir su personalidad y su existencia.

Lo dice como si fuera sencillo.
En realidad, la estructura de las personas no es tan compleja: el reto es su diversidad, y por eso Lacan repetía que "el psicoanálisis hay que redescubrirlo en cada sujeto".

Pero, cuando la enfermedad es grave, ¿mejor ir al psiquiatra a que te medique?
Yo trato a pacientes con psicosis graves aunque ya estén en tratamiento psiquiátrico.

¿Por qué van a su consulta?
Porque sienten la inquietud de conocer sus estructuras profundas y así desvelar los mecanismos que causan sus conflictos.

¿Y si tus problemas no son tan graves?
También me piden ayuda quienes simplemente sufren disfunciones de pareja.

¿No es más efectivo tomar pastillas para curarse, por ejemplo, el insomnio?
Las pastillas sólo tratan el síntoma que es el insomnio, pero no le dirán por qué a usted le cuesta dormir ni le revelarán cuál es el conflicto profundo que le quita el sueño.

Otros ven el psicoanálisis como parloteo de gente rica, aburrida y narcisista.
Es una opinión. Muchos psicoanalistas cobran en proporción a la renta del sujeto y para otros el precio es parte de la terapia.

Explíqueme su último caso.
Un bisexual con problemas de adaptación.

¿Ser bisexual es un problema?
Es un problema sólo en la medida en que él lo vive como un problema.

¿Por qué lo vive como un problema?
Porque me explica que tiene relaciones hetero y homo, pero ninguna le satisface.

¿Y usted qué piensa?
Yo no juzgo. Escucho, espero y ayudo a que cada uno encuentre sus propias respuestas. Les estimulo y ayudo a autoexplorarse.

¿Cómo?
Más que de curar una enfermedad, se trata de aprender a vivir con una condición determinada: otro paciente homosexual quería ingresar en un monasterio, pero su homosexualidad le hacía dudar de su vocación.

¿Y...?
Acabó asumiendo plenamente su condición homosexual y entonces descubrió que en realidad no quería ingresar en el convento.

¿Se puede ser "un poco" homosexual?
Digamos que nadie es enteramente homosexual o heterosexual, sino que todos somos en cierto grado ambas cosas.

¿Cómo ayuda al sujeto a descubrirse?
Trato de ayudar a que aprenda a vivir con todo aquello que, aun estando en nosotros mismos, escapa a nuestro control.

¿Un tic, una fobia, una manía...?
Son síntomas que revelarían un conflicto que sólo quien lo sufre puede llegar a descubrir con nuestra ayuda. Más que curar, podríamos precisar que ayudamos al sujeto a explorarse, saberse, aceptarse.

¿Y así mejora su existencia?
En la medida en que de ese modo aprende a convivir con lo que no controla de sí mismo.

¿Puedes mejorar sin sufrir?
El sufrimiento sólo adquiere sentido cuando te obliga a actuar; si no, es absurdo. El sufrimiento sólo es útil cuando te lleva a la transformación creativa de tus conflictos.

¿Si dejas de sufrir, pierdes creatividad?
Eso preguntan quienes se plantean psicoanalizarse. Y yo les contesto que depende de cada uno. Conocerte también puede hacerte más creativo.

lunes, 14 de enero de 2013

ABUSOS SEXUALES EN LA INFANCIA (Una historia real)

Escribo estas líneas tras sentir un dolor agudo en la boca del estómago, más que en la boca del estómago, que suele ser signo de vacío, es en el pecho, cosa que me desconcierta porque no reconozco el orígen de este malestar... O quizás me esté engañando y sepa perfectamente lo que es: ansiedad. Una ansiedad que se clava y se somatiza en mi cuerpo desde hace varios días.

El jueves pasado acabé en urgencias con un episodio de disociación importante. Por suerte, sólo duró unas horas pero sufrí, sufrí mucho. Estaba perdida, desorientada, yo creía firmemente que estábamos en el 2001 y yo tenía 21 años. No reconocía a mi pareja, a nadie, sólo me venía un ligero recuerdo de mi suegra sin saber quién era exactamente.

Desde aquel día he quedado “tocada”, ando triste y cabizbaja y lo único que me motiva es cuidar a mi amor que se encuentra mal, todo y estar “a medio gas” por decirlo de alguna manera.

Hace años salí del armario de la locura y más tarde salí del armario de la violencia doméstica y ahora, con valentía y vergüenza a la vez, os diré que abusaron de mi, sexualmente, de pequeña. En ese episodio de disociación reviví aquellos momentos y sólo se que lloré , lloré mucho y nada me calmaba.

¿Quién fué? El vecino de delante, ese hombre al que mis padres despositaron su confianza para cuidarme mientras uno trabajaba y el otro hacía la compra con mi hermano a cuestas, del cual sólo me separa un año y medio.

Hace un rato, en las noticias, hablaban de un caso de un profesor pederasta y se me ha removido la cena y he sentido asco, pudor, indignación, miedo... IRA. Recuerdo como sus suspiros al tocarme se clavaban en mi nuca desnuda. Yo le preguntaba:
“ ¿Porqué respiras tan fuerte?” y él contestaba : Porqué me gusta lo que hacemos.

A ese hombre, hoy un viejo repugnante, lo sigo viendo, ya que sigue siendo el vecino de delante de casa de mi madre, a quien voy a ver con mucha frecuencia y la mala suerte me acompaña ya que me lo encuentro en el ascensor, en el rellano cuando va a sacar a su perra o en la portería. Parece que algo quiera que nos encontremos.

ASCO, siento asco y a la vez vergüenza y, porqué no, algo de culpa porque pienso que lo podría haber evitado puesto que aquello duró un tiempo largo, no fué cosa de cinco días ni de diez. Pero, yo era una niña... Sí, es fácil decirlo, pero no creerlo o interiorizarlo.

Hice mi primera felación a los siete años y para mí era un juego más, un secreto compartido. Recuerdo que su mujer estaba en la cocina y él, cubriéndose con el periódico, sacaba su miembro y me lo ponía entre mis manos y luego terminaba en mi boca.


Que yo recuerde no hubo penetración, pero sí recuerdo que eyaculaba entre mis manos... Me limpiaba con un pañuelo de tela y luego iba al lavabo a limpiarme con jabón.



Resulta que la pared de mi habitación era la pared de su despacho y muchas veces me picaba para que fuera o para jugar. Ya se sabe, esos pisos que las paredes parecen de papel, pues así es mi casa, bueno, la que ahora es casa de mi madre porque por fortuna pude abandonar.



Mi primera pareja sufrió el trauma escondido, callado, ahogado de haber sido toqueteada por un hombre a una edad tan temprana. Cuando respiraba de placer me venía la cara del vecino. Ciertos tocamientos no los permitía, aunque, con el tiempo, acabé disfrutando mucho de éstos y del sexo en general. Pasado un tiempo ese trauma se encapsuló y en algún momento se ha hecho presente, cómo pasó la semana pasada.




No se si confudía su juego con una muestra de cariño, el cual yo mendigaba a quien me hiciera un mínimo caso, ya que mi entorno no lo hacía. ¡¡Ojo!! No estoy justificando nada, trato de racionalizar pero os juro que es ardua esta tarea porque me sigue doliendo el pecho.


Continuará...