Escribo
estas líneas tras sentir un dolor agudo en la boca del estómago,
más que en la boca del estómago, que suele ser signo de vacío, es
en el pecho, cosa que me desconcierta porque no reconozco el orígen
de este malestar... O quizás me esté engañando y sepa
perfectamente lo que es: ansiedad. Una ansiedad que se clava y se
somatiza en mi cuerpo desde hace varios días.
El jueves
pasado acabé en urgencias con un episodio de disociación
importante. Por suerte, sólo duró unas horas pero sufrí, sufrí
mucho. Estaba perdida, desorientada, yo creía firmemente que
estábamos en el 2001 y yo tenía 21 años. No reconocía a mi
pareja, a nadie, sólo me venía un ligero recuerdo de mi suegra sin
saber quién era exactamente.
Desde aquel
día he quedado “tocada”, ando triste y cabizbaja y lo único que
me motiva es cuidar a mi amor que se encuentra mal, todo y estar “a
medio gas” por decirlo de alguna manera.
Hace años
salí del armario de la locura y más tarde salí del armario de la
violencia doméstica y ahora, con valentía y vergüenza a la vez, os
diré que abusaron de mi, sexualmente, de pequeña. En ese episodio
de disociación reviví aquellos momentos y sólo se que lloré ,
lloré mucho y nada me calmaba.
¿Quién
fué? El vecino de delante, ese hombre al que mis padres
despositaron su confianza para cuidarme mientras uno trabajaba y el
otro hacía la compra con mi hermano a cuestas, del cual sólo me
separa un año y medio.
Hace un
rato, en las noticias, hablaban de un caso de un profesor pederasta y
se me ha removido la cena y he sentido asco, pudor, indignación,
miedo... IRA. Recuerdo como sus suspiros al tocarme se clavaban en mi
nuca desnuda. Yo le preguntaba:
“ ¿Porqué
respiras tan fuerte?” y él contestaba : Porqué me gusta lo que
hacemos.
A ese
hombre, hoy un viejo repugnante, lo sigo viendo, ya que sigue siendo
el vecino de delante de casa de mi madre, a quien voy a ver con mucha
frecuencia y la mala suerte me acompaña ya que me lo encuentro en el
ascensor, en el rellano cuando va a sacar a su perra o en la
portería. Parece que algo quiera que nos encontremos.
ASCO, siento
asco y a la vez vergüenza y, porqué no, algo de culpa porque pienso
que lo podría haber evitado puesto que aquello duró un tiempo
largo, no fué cosa de cinco días ni de diez. Pero, yo era una
niña... Sí, es fácil decirlo, pero no creerlo o interiorizarlo.
Hice mi
primera felación a los siete años y para mí era un juego más, un
secreto compartido. Recuerdo que su mujer estaba en la cocina y él,
cubriéndose con el periódico, sacaba su miembro y me lo ponía
entre mis manos y luego terminaba en mi boca.
Que yo recuerde no hubo penetración,
pero sí recuerdo que eyaculaba entre mis manos... Me limpiaba con un
pañuelo de tela y luego iba al lavabo a limpiarme con jabón.
Resulta que la pared de mi habitación
era la pared de su despacho y muchas veces me picaba para que fuera o
para jugar. Ya se sabe, esos pisos que las paredes parecen de papel,
pues así es mi casa, bueno, la que ahora es casa de mi madre porque
por fortuna pude abandonar.
Mi primera pareja sufrió el trauma
escondido, callado, ahogado de haber sido toqueteada por un hombre a
una edad tan temprana. Cuando respiraba de placer me venía la cara
del vecino. Ciertos tocamientos no los permitía, aunque, con el
tiempo, acabé disfrutando mucho de éstos y del sexo en general.
Pasado un tiempo ese trauma se encapsuló y en algún momento se ha
hecho presente, cómo pasó la semana pasada.
No se si confudía su juego con una
muestra de cariño, el cual yo mendigaba a quien me hiciera un mínimo
caso, ya que mi entorno no lo hacía. ¡¡Ojo!! No estoy
justificando nada, trato de racionalizar pero os juro que es ardua
esta tarea porque me sigue doliendo el pecho.
Continuará...
6 comentarios:
Querida Almu: para variar me parece que has vuelto a hacer un acto de generosidad y honestidad tremendo, brutal, triste, desgarrador. Sólo espero que este ejercicio acabe por resultar catárquico, sanador, liberador. Sólo los lectores del blog juzgaran lo que para mi es un acto de valentía que intenta visibilizar no sólo una realidad que por desgracia sigue siendo un gran tabú, sino también un intento más por biografizar, rehistorizar tu vida, en un acto de reapropiación de tu memoria y tu experiencia, tantas veces negada u obviada por demasiada gente.
Besos. ANimo y FUERZA. ARRIBA LOS CORAZONES!!!
Hace algún tiempo te conocí y pensé, que cosita mas linda, y ahora que leo tus emociones recuerdo a un amigo que vivió y vive con la situación similar, y lo sorprendente para mi es como me enseño a ver las cosas y a como no vivir con los fantasmas del pasado, hoy es mi mejor amigo y te recuerdo en el, lo que si puedo decirte es que si piensas en fantasmas, piensa en mi... te acuerdas jajajaja, felicidades almu se te quiere se te estima y sobre todo se te necesita con el aquí y ahora de ti misma con sueños y un futuro por el que luchar, un beso grande y gracias por compartir...
Hay momentos que uno esta ensimismado recordando o despidiendo a alguien que se marcho...pero al leer esto te reconectas con la vida ....es verdad que eres muy generosa.... y que no tienes pudor en enseñarte...e incluso presentarnos a tus fantasmas del pasado cuando vuelven a aparecer en el presente..y como se parecen a otros que tambien aparecen en otros juegos diarios....y que como decimos por aqui "tamen dan noxo"...y provocan arcadas....
Que valiente eres¡¡¡¡¡¡¡¡¡ y que suerte que te conocemos para poder compartir "ascos" y sueños.... Mil bicos...desde Galicia
Que suerte que te conocemos y nos ayudas a
Esta mañana, antes de salir, he echado un vistazo a las novedades blogueras. Tu post me ha dejado de piedra, no tanto por lo que cuentas (por desgracia esas cosas ocurren más a menudo de lo que nos imaginamos) como por el valor de contarlo. ¡Pafuera telarañas! eso es salir del armario.
Ahora vuelvo y quiero decirte lo que siento: me enorgullece tener una amiga que se atreve a soltar lastre y a encarar la vida sin tapujos, para vivirla en su totalidad; me alegra que te quedes lo bueno y sueltes lo que no vale la pena arrastrar, todos deberíamos ser capaces de hacer lo mismo.
Un abrazo muy fuerte,
Hola Almu,amiga valiente, ya está. Ojalá que todo el mal rollo derivado de lo que cuentas se quede en esta entrada, que lo eches aquí fuera, que te lo arranques para siempre, y que todo lo que está por venir lo veas ya con ojos nuevos. No existen las enfermedades mentales, existe el sufrimiento que provoca todo lo que acabas de contar. A la mierda con ese baboso, escúpele un día en la cara si te apetece, que yo te aplaudo. Hace muchos años le canté las cuarenta al que me tocó a mi, y eso que no fue nada comparado con lo tuyo, pero me sentí de forma parecida durante un tiempo. Después de enfrentarme a él y ver su cara de miedo y vergüenza, tartamudeando, me di la vuelta y cerré esa historia. Y ahora te dejo este video para que te eches unas risas (o para que te lo tomes en serio...), pero en cualquier caso, tu rabia es tuya, y en ella mandas tú:
http://www.pikaramagazine.com/2013/01/%C2%A1estrogeno-por-compasion-2/
(Menudo cabronazo)
Un abrazo grande grande, que ya tengo ganas de dártelo en persona,peaso de mujé. A ti te quiero ver yo pronto con esa mierda fuera de la cabeza, que ya te ocupó más espacio del que le correspondía. Y con mierda me refiero a los recuerdos, vergüenzas, culpas y todas esas sobredosis de estrógeno de granja-escuela(si viste el video ya me entiendes).
Buenas noches, Almu, y buenos días de aquí para adelante.
desgarresquimericos.blogspot.com
Este es mi blog, también viví algo similar. Siempre he pensado que las personas que tuvieron que vivir eso en su infancia sufren más, no se si eso sea correcto pensarlo. La cosa es que es horrible, difícil de olvidar y entiendo por mucho lo que escribes.
Si, se suele sentir así. Vaya que es horrible.
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