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viernes, 2 de enero de 2015

Poema

No hay calma escondida
en el silencio de la noche,
en los desiertos de caricias,
en las calles sin nombre.

No hay calma
tras el vendabal sangriento
tras los abismos que separan
¿cuándo se derrumbaron los puentes...

...que me conducían al cielo?

No hay calma en la luna
ni las esferas celestes
estalló en un grito feroz...
Feroz e inerte.

No hay calma tras la calma
ni tras las ventanas cerradas
el mundo sigue girando 
ajeno a lo que en su vientre pasa.