De pequeño me dijeron que
debia buscar la felicidad
y me perdí en el
laberinto de palabras y callejas
de miradas esquivas donde
no encontré su nombre.
De joven me dijeron que la
felicidad esta en nuestro interior
y yo lo vi tan hueco, que
me precipite en su vacío al
no encontrar mano ni
riel al que poder asirme.
De mayor me dijeron que la
felicidad no existe
que había que defender la
alegría cuando estalla
como una hoguera que aún
cuando se apaga podemos
volver a ver brillar en
nuestra inevitable soledad.
Ahora se que la felicidad
es una quimera, que sólo
en esos momentos, cuando
he olvidado de
que tengo que buscarla,
y hablo y avanzo y río y
comparto contigo
un trozo de pan o un vaso
de vino
seguramente soy feliz sin darme cuenta que lo he sido.
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