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martes, 6 de diciembre de 2011

MANUAL DE INSTRUCCIONES DE UNOS CALZONCILLOS CUALQUIERA.


Hace días que no publico en el blog nada que haya escrito en los últimos tres meses. ¿Será esto lo que llaman la crisis del escritor? ¿Si yo soy escritofrénico se puede aderezar la crisis con delirios, voces y demás o se refiere el término más bien a que he subido el esquizofreno de mano (que diría el bueno de Jony)? Francamente amigos: no tengo ni idea.

Últimamente no me encuentro a mi mismo ni en el espejo. A veces si que me vislumbro en la mirada de Almu, o en el diálogo con otro, y es una grata sorpresa comprobar que a pesar de estar perdido sigo aquí, de alguna esquiva manera y que puedo reencontrarme felizmente con esa personita de metro ochenta y más de 100 kg en el momento más inesperado. Esta situación es bastante incómoda, no os voy a mentir. Es algo parecido a rebuscar algo (pongamos por ejemplo esas gafas que no uso) en los cajones por los que ya he mirado una y otra vez, para después encontrarme a éstas en el lugar más insospechado, como puede ser mi nariz. La mueca de fastidio y el alivio por hallar lo buscado no te liberan del peso y la inquietud de una pesquisa absurda que me hace sentir como un tonto del culo. ¿Será que llevo días buscando una idea? Puede ser... Pero creo que es algo más penoso lo que me lleva por los caminos de la duda desde hace semanas sin permitirme parar un momento.

Soy una de esas personas que se pueden dar con un canto en los dientes. Me considero muy afortunado (pero mucho, eh) poder sobrevivir medio cómodamente en un contexto de crisis como el actual. Incluso a pesar del diagnóstico y todo lo que conlleva, me encuentro que empiezo a ser reconocido en distintos lugares, como ese escritor emergente y a la vez esa persona que puede explicar una historia diferente a cerca de la locura. No soy el único, lo sé. Y según mi aguda mujer lo que me hace diferente es que hablo al respetable con una tremenda honestidad, sin máscaras, ni subterfugios, ni nada por el estilo. Llego, cuento mi historia, vendo con suerte algún libro, y venga ¡a celebrarlo con una copa de vino!

Ni siquiera un año como el 2011 que para nosotros hubiera sido de aquellos que más valdría olvidar (sólo recordar que ya el día 1/1/11 nos daban la noticia del fallecimiento de un buen amigo y compañero de lucha y que con el paso de los meses hemos tenido que luchar contra otros sucesos realmente graves) ha podido desestructurarme la personalidad, el discurso y las relaciones. Es más, cuanto a penas quedan 4 semanitas para que despidamos este año infernal, tengo la impresión de que la mayoría de las relaciones se han hecho más fuertes gracias a todo lo compartido, que mi discurso se ha alimentado de datos y datos que voy absorbiendo gracias a la sabiduría y conocimiento de personas como: Jony “el chanante”, el irreverente Jesús, Miguel “el pitiuso” (al que recuerdo que aún me debe una entrada sobre la verdad, esa gran desconocida), el afable Pere (que ha sido un grato descubrimiento), Marisa “la supermami nikosiana”, Joan (mi buen amigo que dice aún más cosas ahora que no es capaz de hablar), Paco “el destructor”, Etiquetada “la rizomática”, Jose y Amaia (que van a su bola, pero que hacen un extraordinario trabajo de síntesis en esta lucha que nos toca a todos), etc. Seguro que me olvido de much@s, pero mi memoria es así de caprichosa y no quiero detenerme a hacer inventario, sino acabar este texto. Ruego se me disculpe.


En fin, lo dicho, gracias a todos y a todas por estar ahí aunque sólo sea de forma simbólica. Porque volviendo a lo que me preocupa. No puedo quitarme más que por algunos momentos en los que “subo a escena”, una extraña sensación de cansancio, como si deseara que se acabara de una vez este año, y que suele venir acompañada -sobre todo cuando me enfrento al inquieto cursor del procesador de texto- a la duda de si lo estaré haciendo bien. Preguntas como: ¿habré perdido la inspiración, también conocida como musa atractiva (pongamos a Kate Upton ¡¡WOOOOOWWWW!!!), mojo (no picón) y/o duende gitano pa la palla y el pallo? ¿Mi emergente carrera de escritor no será nunca una marathon sino que con suerte se acercara a una ruda carrera de sacos? Son preguntas que se me plantean cada vez que me enfrento a una novela -que ya pasa de los 120 folios- y en las que me las prometía muy felices. ¡Reconozco que si de algo no estoy falto es de chulería! Y que a la postre está siendo después de unas primeras jornadas en las que la narración avanzaba viento en popa, (a toda vela/ que no corta el mar sino vuela/ la novela de este petardín) algo más parecido a tener que visitar periodicamente al dentista, a la vez que un urólogo me hace un examen a fondo con el puño cerrado. ¿Será que tengo futuro como muñeco de ventrílocuo...? 

 

En fin, como os podéis imaginar a parte de los tópicos de la crisis del escritor, me preocupa mi futuro en esta crisis. Toda esta situación económica en la que estamos inmersos (y que si sigue así acabará hasta con el imserso) me preocupa desaforadamente. Tengo una sospecha y es que esto va a acabar en un baño de sangre. Y yo, cobarde por naturaleza, con cero instinto para apretar el gatillo (a mi lo que me mola es acariciarlos y que ronroneen), yo que nunca pensé (ni cuando triunfaba con las mujeres) aquello que en tiempos de guerra cualquier agujero es trinchera, me planteo la posibilidad de emigrar a Pernambuco o al seno materno, que también es un lugar muy cálido sino recuerdo mal. Claro está el problema es que mi madre se niega a hacerme un hueco, y lo peor es que me pone excusas de una ligereza insultante, como que la última vez que estuve ahí dentro pesaba 99 kg menos. Naderías. Se cree que no sé que los úteros son flexibles y que en realidad lo que quiere es conservar su figurín, ¡¡que presumida es un rato!! ¡¡Os lo digo yo!! Y sobre lo de emigrar a Pernámbuco... La verdad, mis conocimientos de geografía no me dan para tanto y el gps de mi blackberry sólo muestra mapas de España.


Como veis mi situación es tan desesperada que hasta me pongo los calzoncillos al revés. En esta vida incierta, en esta sociedad líquida y sin hielo, en este contexto de crisis donde hasta Guardiola se ahorra hablar del clásico y prefiere dar importancia a Merkel y Sarkozy, sólo me queda este rincón y vuestra compañía. Gracias por estar ahí.



Psta: Mi porra es un 2-2. Los 5-0 los dejamos para el Camp Nou.

 

5 comentarios:

Jose Valdecasas dijo...

Gracias por tus palabras. Es cierto que vamos a nuestra bola, pero muy posiblemente en la misma dirección.

Un abrazo.

P.D.: para la porra, apunta un 6-0.

Amaia Vispe dijo...

::)))

Visca el Barça!!!!

Anónimo dijo...

Vamos a ver Raúl, acojonamientos a parte (sobre sangrazas y todo eso...) y partiendo de que entonces estaremos jodidos sobre todo los que tenemos creaturas, es conveniente (lo dice tu editor ¿eh?) que te sigas tomando el asunto de escribir como hasta ahora, es decir, un juego. Diviertete, disfrútalo y no lo tomes como obligación. Es de la única forma que puede salir bien, si o si. Nada de ganarse el pan con el sudor y todo ese rollo...no. Aquí solo te lo ganas si disfrutas de ello. ¿Ok?.
Gracias por incluirme en tan selecto club (¿que cojones significa eso de irreVErente? anda a la porra ya...0-2 FIJO¡¡¡)).
Abrazos.
Jesús.

Paula dijo...

¿Rizomática? Pero mira que tienes cuento... y mucho que contar. Dale campeón, que son pocos y cobardes!
Un abrazo.

pere dijo...

las hojas en blanco y los equipos de blanco, lo tienen negro, así que p'alante que no hay otro camino.
ah, y los flechazos -de todas clases- siempre son mutuos.
un abrazo, nos vemos