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miércoles, 9 de mayo de 2012

Valores

Hace tiempo que no me pasaba por aquí a escribir algo. Hoy he dormido 4 horas, a las 8 de la mañana ya estaba levantada y como es inusual en mí, no sabía qué hacer. Después de ponerme al día con los mails y de visitar algunas webs de mi interés, me he decantado por dejar huella en este blog.

No se ni lo que os voy a contar, lo voy a ir improvisando sobre la marcha, así que pido perdón por adelantado, por si el texto está carente de sentido o no sigue un hilo argumental.

Mi cabeza está hecha un caos. Ayer hablaba con un ser querido a cerca de lo racional y lo irracional, de hacer caso a la cabeza o al corazón. Llegamos a la conclusión de que a veces es mejor poner un poco de razón y pensar más, porque parece que dar rienda suelta a las emociones, a los sentimientos, al alma produce más heridas.

Hay heridas que no cicatrizan y hay otras que sí que lo hacen, pero como cantaba Antonio Flores: "la carne viva cicatrizó, pero la herida sigue debajo". También es cierto que las heridas dejan señales en nuestra piel y cuando las vemos recordamos qué las provocaron.

Es cierto que llega un momento en la vida en el que te replanteas muchas cosas, asi me encuentro yo. Diría que he pasado una pequeña crisis de valores morales y ahora estoy aún viendo con cuales continúo y cuales dejo de lado,difícil decisión. A mí me asustan bastante los cambios y últimamente se están produciendo algunos en mi vida. Sé que hay que afrontarlos con buena cara y adaptarse a ellos, todo tiene su proceso y todo tiene su momento. Lo que está claro es que he empezado la revolución por mí misma, por eso tengo la cabeza como la tengo. He decidido no depender tanto de los demás para tomar mis decisiones, me estoy dejando llevar más por mi intuición y , bueno, me voy saliendo y voy tirando pa´lante. Hay que cambiar el chip, nunca es tarde, no? Al menos eso dicen. Yo creo que he llegado a tiempo para "salvarme", pero ya os digo, aún estoy asimilando estos cambios.

No os negaré que me siento algo más segura, más fuerte pero la balanza aún no está del todo compensada, aún me queda mucho camino por recorrer y mucho que aprender.

Gracias por leerme. Un abrazo y salud!!

ALMU.

8 comentarios:

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Yo creo que si, que estás a tiempo de salvarte y que el camino se hace caminando. Las revoluciones son hoy en día tan necesarias... Que sólo se me ocurre decirte bienvenida, hace mucho tiempo que te espero.

bs. Raúl

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Gracias Raúl por la bienvenida, aunque mi rebeldía no siempre te contente estás ahí.Ahora mismo estoy un poco com un volcán en erupción y estoy aprendiendo a controlar la lava...no se si es muy buena metáfora pero creo que se me entiende, no?

Besitos.

ALMU.

pere dijo...

Almu, "lo único permanente es el cambio", me alegra hayas decidido aprovecharlo en lugar de confrontarlo.

Revolucionarios del yo, ¡unámonos!

un fuerte abrazo,

todopsicologia dijo...

Los demás solo pueden saber y hablar de si mismos, no pueden, ni aunque quieran ver mas allá, así que haces bien en optar por fiarte de ti. Serán tus errores y aciertos, pero cuentas con la mejor información posible, ya que nadie por mucho que lo intente puede saber mas de ti misma que tu.
Abrazos.

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Gracias Pere, lo cierto es que estoy aprovechando estos cambios para fortalecerme.

Me alegro que te unas a la revolución.

Un abrazo y salud!

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Sí Jesús, durante mucho tiempo me he dejado influir por los demás y mi opinión quedaba en segundo plano, así que ya me he cansado de eso y me he rebelado.

Gracias por entenderme.

Un abrazo y salud!!

Paula dijo...

Hola Almu: como te digo siempre, y hoy te lo repito con más cariño, estoy convencida de que de este cambio tuyo van a salir cosas preciosas, ese volcán es la pelea por ver cuál sale primero.
Un abrazo enorme.

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Gracias Paula, bonita, me siento muy entendida por tí y eso me reconforta bastante. A ver como controlo ese volcán, que si se me va de las manos puede acabar mal la cosa y no lo quiera nadie.

Biko

ALMU