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martes, 11 de enero de 2011

ENAMORADO DEL CINE.


Como diría Woody Allen es muy difícil hablar de amor sin hacer el ridículo. Desde hace miles de años el ser humano ha reflexionado sobre eso que consigue remover más emociones que un lacaniano en acción. Al final como el delirio, y quizás porque el amor reside en un lugar muy cercano a éste, el amor es algo diseñado a las fantasías y necesidades de cada uno, en contra posición a una realidad mucho más limitada. Por poner un ejemplo imagino que todos los que pasen por aquí y lean esto tendrán un mito sexual, ya sea Gary Grant o George Cloney, ya sea Sofia Loren (como se conserva aún la tipa) o Scarlett Johansson. En fin, mitos que alimentan nuestra imagen de hombre y de mujer ideal (seguramente porque no hemos podido ver todavía a ninguno de ellos recién levantados de la cama) y que se desvanecen como un fantasma cuando una mujer u hombre de materia más tangible que el celuloide nos mira con cara de estar pensando “Besamé o grito”. Ya se sabe más vale pájaro en mano, que ciento volando. Así que a besar.

Cuentan las crónicas que la novela de Goethe Las desventuras del joven Werther hizo mucho daño. La peña la leía, se identificaba y luego para ser consecuente con esa pasión desmedida y despechada se tiraba desde lo alto del campanario de la iglesia de su pueblo. Hoy en día, la sangre no llega al río en la mayoría de ocasiones, entre otras cosas porque nuestros jóvenes se creen vampiros (y hasta los padres lo creen cuando han de pagar las facturas de sus progenitores ad-eternum). La saga romántica que tanto daño está haciendo hoy en día es Cre-pus-culo, que para mí más que novela, es más parecida a un grano en el trasero.

Luego están los quillos que se reducen a frases como: mi nena, mi buga, mi gramo de farla, me meto una rula; y cuya frase de amor más romántica sería algo así como con esas tetas te meto de todo menos miedo. Sólo de pensarlo a mí me da pavor.

Y finalmente los frikis. Por cierto, aquí entramos todos. Hoy en día dentro de la categoría de friki cabemos todos aquellos que aún disfrutamos viendo películas como Cantando bajo la lluvia o Que bello es vivir. Para el estrato social imperante todo aquello anterior a los 80 no existe, todos aquellos que sabemos que hubo algo antes de Espinete, nos guste lo que nos guste, seamos: gafapastas, intelectuales, mods, nos guste el heavy, el blues, el jazz, el rock, leamos a Dickens, a Hemingway, a Saint-Exupery o a Miller, debemos soportar con entereza la etiqueta de frikis. La ventaja de nosotros respecto a aquellos que sólo conocen lo que sale por televisión es que nosotros tenemos un abanico más grande de respuestas amorosas. Me juego tres marabedíes a que más de uno de vosotros a tirado de tópicos como: este es el principio de una gran amistad. Sinceramente querida, me importa un bledo. Bésame, bésame como si fuese la última vez. He venido aquí esta noche porque me he dado cuenta de que quiero pasar el resto de mi vida con alguien. Y quiero que el resto de mi vida empiece ya. Amar significa no tener que decir nunca lo siento. Prefiero haber olido una vez su cabello, un beso de sus labios, una caricia de su mano, que toda una eternidad sin ella. Yo veo un bombón, me da igual que el resto vea toda la caja. Cuando se trata del amor, incluso los heroes más grandes parecen indefensos. Sin ti las emociones de hoy sólo serían las envolturas muertas de las del ayer. No me acuerdo de olvidarte. Ya sabes, vivo como Robinson Crusoe, náufrago entre 8 millones de personas. Entonces, un día vi una huella en la arena, y allí estabas… es maravilloso, cena para dos. Aquí está este soldado del Sur que te ama, Scarlett. Que quiere sentir tus brazos alrededor suyo, que quiere llevarse el recuerdo de tus besos a la batalla con él. No te preocupes por amarme. Eres una mujer que envía un soldado a la muerte con un hermoso recuerdo. Scarlett, bésame. No sé a quién odio más, si a tí por hacer que me enamore, o a mí, por necesitarte tanto. Te quiero. Te quise desde el primer momento en que te vi. Te quise incluso antes de verte por primera vez. Me gusta que tengas frío cuando fuera hace 21ºC, me gusta que te cueste una hora y media pedir un sandwich, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, me gusta oler tu perfume en mi ropa después de pasar el día contigo y quiero que seas la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. Nuestro amor es como el viento, no puedo verlo pero si sentirlo. Me haces querer ser un hombre mejor. Le doy a todos mi sonrisa, pero solo a uno mi corazón. Puede que no sea muy listo, pero sé lo que es el amor.


THE END.

4 comentarios:

Jony Benitez dijo...

plas, plas
bravo!

Anónimo dijo...

Estoy con JOny, este texto se merece un "bravo"!! Hombres como él quedan pocos, doy fe de que sabe lo que es el amor y como amar.
ALMU.

Jose Valdecasas dijo...

Precioso.

Un abrazo.

Raúl Velasco Nikosia dijo...

Gracias, gracias queridos frikis... Me alegra que os haya gustado, un abrazo!!!