Es jueves y son las diez y media de la mañana. Desde hace unos días, cuando me llegaron los pases de prensa para el próximo Congreso Nacional de Psiquiatría que se celebrará en Barcelona a finales de este mes ando medio inquieto. Dicho Congreso está organizado por Sociedad Española de Psiquiatría, vamos que lo mejor de cada casa (que diría el gran Serrat) se reunirá para debatir el presente y futuro de una disciplina que se divide entre lo científico (o no tan científico) y lo humanista ( si Leonardo Da Vinci levantara la cabeza le habrían medicado con litio). Es decir que estoy cogiendo aire, haciendo acopio de energía, porque sé muy bien que durante cuatro jornadas inacabables voy a tener que escuchar lindezas del tipo: los psicofármacos son neuroprotectores (coñé, que se los receten a todo el mundo, así sus neuronas estarán más protegidas que un niño en el vientre materno), hablamos de una batalla puramente bioquímica (sí, claro, como mostraba el gran Roto: yo le hablo de amor y él me habla de serotonina), la MEB (Medicina basada en la evidencia) es la prueba irrefutable de que vamos por el buen camino ( pos va a ser que no, oiga, y para muestra un botón).
Total que si a todo esto le sumamos que voy a volver a estar en la misma sala de actos (y quizás entrevistar) al ilustre doctor que sentenció -cuál oráculo en ruinas- que estaba destinado (que extraño concepto científico esto del destino) a vivir en la calle con el cartón de vino y un rebaño de gatos garrapateros, pues imagínense como me siento...
Con todo y con eso algo ha refrescado mi mañana. Desde el blog del gran JoonyBenítez he viajado hasta el otro lado del charco blogosférico y he podido bucear en el raudal de conocimiento del doctor Lizardo Cruzado, para descubrir (bendita la hora) que quizás el futuro no esté en la MEB sino que lo realmente evidente es que hay que comenzar a hablar de Otra psiquiatría que diría la maravillosa Chus Gómez, o de una Postpsiquiatría altamente recomendable.
En fin, ¡Qué vida más dura la del periodista! Mientras me debato en la incertidumbre de si encontraré la suficiente autocrítica en los profesionales del eminente Congreso nacional o de si serán cuatro aburridísimas jornadas entre violadores mentales y proxenetas farmacológicos, me pregunto si lo que realmente deseo es un cambio en un sistema, del que por otro lado puedo considerarme un afortunado superviviente, o en cambio lo que realmente me gustaría es comerme un buen filete. Preguntas sin respuesta evidente. Así que no veo otra salida que realizar un estudio estadístico que calcule las delirantes probalidades según un arbitrario de apetencias, a doble o triple ciego, por supuesto, que me demuestre si debo ir a la carnicería o a por una batería de camión y un par de electrodos que debidamente conectaría a la nariz de dicho psiquiatra. Lo dicho. ¡Que dura es la vida del periodista!
Total que si a todo esto le sumamos que voy a volver a estar en la misma sala de actos (y quizás entrevistar) al ilustre doctor que sentenció -cuál oráculo en ruinas- que estaba destinado (que extraño concepto científico esto del destino) a vivir en la calle con el cartón de vino y un rebaño de gatos garrapateros, pues imagínense como me siento...
Con todo y con eso algo ha refrescado mi mañana. Desde el blog del gran JoonyBenítez he viajado hasta el otro lado del charco blogosférico y he podido bucear en el raudal de conocimiento del doctor Lizardo Cruzado, para descubrir (bendita la hora) que quizás el futuro no esté en la MEB sino que lo realmente evidente es que hay que comenzar a hablar de Otra psiquiatría que diría la maravillosa Chus Gómez, o de una Postpsiquiatría altamente recomendable.
En fin, ¡Qué vida más dura la del periodista! Mientras me debato en la incertidumbre de si encontraré la suficiente autocrítica en los profesionales del eminente Congreso nacional o de si serán cuatro aburridísimas jornadas entre violadores mentales y proxenetas farmacológicos, me pregunto si lo que realmente deseo es un cambio en un sistema, del que por otro lado puedo considerarme un afortunado superviviente, o en cambio lo que realmente me gustaría es comerme un buen filete. Preguntas sin respuesta evidente. Así que no veo otra salida que realizar un estudio estadístico que calcule las delirantes probalidades según un arbitrario de apetencias, a doble o triple ciego, por supuesto, que me demuestre si debo ir a la carnicería o a por una batería de camión y un par de electrodos que debidamente conectaría a la nariz de dicho psiquiatra. Lo dicho. ¡Que dura es la vida del periodista!
6 comentarios:
Yo fui a varios congresos nacionales cuando aún no había roto lazos con la industria farmacéutica y me los pagaban, y te diré, como ya imaginas, que no creo que vaya a ser un oasis de humanismo y empatía, sino más bien una feria de muestras bien engrasada...
Muchas felicidades por vuestro blog, que no conocía y me parece muy interesante.
Dobles gracias Jose, la primera por comentar y la segunda por recordar. Si mucho o poco conozco el mundillo de la psiquiatría no sé, pero lo suficiente para reconocer tras las siglas S.E.P. (organizadora de este congreso) y como antes he sugerido con la cita de Serrat, al ala más biologicista y fatuamente cienteficista de la psiquiatría española actual. Lo que me preocupa realmente es como convencer a mi jefa que lo que afirman -casi o sin casi categóricamente- en realidad sólo se reduce a una pequeña probabilidad -por otro lado malintencionda-.
Yo creo que la mala intención no está en asistentes o ponentes sino más bien en el patrocinio que hay detrás, donde el afán de lucro se disfraza de diversas maneras... Se me ocurre que tal vez entrevistando al psiquiatra de a pie se obtenga una información menos sesgada que a las grandes firmas... Aunque claro, con ese precio de inscripción, todos estarán invitados por algún laboratorio, lo que posiblemente anestesie su espítiru crítico (a mí también me pasaba antes).
Un abrazo.
Ese es el problema en mi opinión la tan común falta de autocrítica. Llega un momento en que más allá de prubas clínicamente fiables, se ejerce la disciplina desde una especie de ceguera. En Radio Nikosia preferimos hablar de problemas reales antes que memorizar el DSM-IV.
Te voy a dejar el enlace de un "metálogo" que elaboramos para la revista NORTE de Salud Mental.
Hola Almudena y Raúl:
Gracias por la amabilidad que me dispensan y por tantos puntos de encuentro. Un gusto saber de esta bitácora vuestra. Sigan adelante. Muy, muy cordiales saludos.
Gracias a usted Lizardo, su blog es un ejemplo en muchos temas. Nos vemos por el ciberespacio. Un afectuoso saludo!!!
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