Cabalgo las nubes de dudas y tiempo
decidido a llegar al límite de tu esfera
con la melodía que silban los vientos
me sumerjo en el mar de las estrellas.
Arden en mi interior tantos colores
que la luz esconde su sombra difusa
sueño vago, soledad de amores,
silueta del pasado que mis palabras dibujan.
Es tu recuerdo en mi memoria gastada
la corriente maldita de mi perdición
con la que me despierto borracho cada mañana
cruel melancolía que inunda mi corazón.
En mi mirada perdida está el reflejo
de los vasos vacíos que dejé a mis espaldas
en este último busco los versos
que te saquen por fin de mi almohada,
mientras el vuelo eléctrico de las cuerdas
que vacían tu presencia con cada nota
siento que me devuelven la fuerza
y que cosen los jirones de mi alma rota.
Despertares cansados de nostalgia
que la música esfuma de mi mente
ritmo cristalino de hielo y fuego
pureza eléctrica que puebla el ambiente,
las fotografías de niebla en el estante
caminan en fila a la papelera
luego acompaño el café con un cigarro
llama que consume toda mi pena.
Casi desnudo me sonrío ante la ventana
que deja entrar el frío del invierno
las farolas aún emiten su luz naranja, el sol
despierta las calles de su profundo sueño.
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