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miércoles, 15 de septiembre de 2010

De victorias y derrotas...

Lo vi, lo viví
como obrera cargada
de banderas y buenos,
no, los mejores propósitos
para su comunidad.

Era uno más, anónimo,
desconocido, uno más
entre cientos, entre miles
y la unión no nos daba ninguna fuerza.
Siempre la han tenido ellos,
los de siempre.

Aunque ser uno más suele sumar
a tu identidad una imagen masificada
sobre la que mirarte. Un yo ingente
que se arrastraba por Ronda Universidad
camino de plaza Urquinaona.

Hombres, mujeres
con pareja y sin ella
con hijos o sin ellos
más jóvenes o más viejos
todos empuñabamos
nuestras creencias
con la certeza de no estar
tan equivocados.

Yo lo vi, yo lo viví
y ni el calor, ni la sed
pudieron con nosotros.
Nos alimentábamos, crecíamos
con cada grito, con cada
esperanza disparada a los cielos.
Fueron cientos, fueron miles
y no fueron suficientes.

Poco antes de llegar a Colón enmudecí
y con cada carga policial fui otro
de los que huyó corriendo
con la única premisa
que me había llevado hasta allí:
no hacer daño a nadie. A NADIE.

Fue así como me perdí entre las callejas
herido para siempre en mi brazo izquierdo
y mi amor propio.

Me reencontré.

Fue en la plaza real
allí la fuente cantaba
y los turistas fotografiaban
los arcos y sus huecos.
Puede que en alguna
de aquellas imágenes esté yo
con la cara cubierta de lágrimas
sin saber que hacer.
¿Quién sabe?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La locura, la follie, no entiende de dolor.
No entiende ni de padres, ni de madres.
Ni de hijos, ni de hermanos.
Es implacable en su ataque.
No habla nuestro mismo idioma. El del ser humano.
Crepita como un leño al fuego.
Adopta la forma de ojeras, de quemaduras en las manos, de gruesos lagrimones que siquiera atinan a resbalar.
de temblores que no puedes controlar,
De la locura, creo firmemente que no se entra tan fácilmente ni se sale.
Es un túnel demasiado angosto.
La locura es tan abstracta como interpretar a Lucien Freud.
La locura no sabes cuando va a enseñar los dientes, es un perro con miedo que se defiende
de la correa que lo domina. Es impredecible.
Hoy me gustaría decir que me gusta algo de la locura,que he aprendido algo de ella, pero estoy obturado.
Me gustaria contaros que disfruto de algo de la follie,
pero no es así, hoy me domina, y me oprime entre su pecho.
La follie, la atroz follie.


http://www.youtube.com/watch?v=1okQJ1mSnyI

pd-besoss wuapos
Jordi

Raúl Velasco Nikosia dijo...

Preciosas palabras Jordi. Besos también para ti!!!!