Enmudeces tu luz
por miedo a que te ciegue;
hundes tu mirada
para no mostrar en ella
el torrente sobre el que boya; y
encierras tus palabras
entre cerrojos e interrogantes,
no fuera que el eco te diera la razón.
Más allá de tanta duda y tanto miedo
hay hogueras que consumen
la materia que elaboró tus sueños.
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