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martes, 31 de julio de 2012

Marchando uno de Borges!!

 
 
Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer mas errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría mas.
Seria menos higiénico. Correría mas riesgos,
Haría mas viajes, contemplaría mas atardeceres,
Subiría mas montañas, nadaría mas rios.
Iría a mas lugares en donde nunca he ido,
Comería mas helados y menos habas,
Tendría mas problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata
Y prolíficamente cada minuto de su vida;
Claro que tuve momentos de alegria.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
Solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso esta hecha la vida, solo de momentos,
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que no iba a
ninguna parte sin el termómetro;
Una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría mas liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría
A andar descalzo a principios de la Primavera
Y seguiría así hasta concluir el Otoño.
Daría mas vueltas en calesita,
Contemplaría mas ameneceres y
Jugaría con mas niños,
Si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años
Y se que me estoy muriendo.
 
Jorge Luis Borges
 
(Cortesía de Joan García).

miércoles, 25 de julio de 2012

La libertad de las bestias.


"Perder la libertad es de bestias. Dejar que nos la quiten de cobardes. Quien por vivir queda esclavo no sabe que la esclavitud no merece el nombre de vida" (Francisco de Quevedo)

Ya sabemos, que para el mundo animal, el homo sapiens sapiens tiene un diseño biológico que le hace débil: sin colmillos, ni garras, ni siquiera un duro pellejo, ningún prodigio en el oído, el olfato o la vista, poca velocidad en la carrera, y menos agilidad para subir árboles o cerros... Incluso sus cachorros son los que más tardan en abandonar el nido. Paradójicamente, a día de hoy, es el principal depredador planetario. ¿Cómo se come ésto?

Aunque débil individualmente, al basar su defensa y ataque en el grupo para sobrevivir, necesariamente se hizo animal social. Con el tiempo, lo que era una necesaria relación pandillera, se fue sofisticando en el trato generando sociabilidad, la comunicación verbal, desarrolló la interacción social y el proceso identitario hasta hacernos personas.

Evidentemente somos codependientes de base, por necesidad, y lo ideal sería que lo fueramos desde el respeto a la dignidad personal y plural, considerando la cuota de autonomía como una cesión, como un valor solidario y consensuado por el bien común con confianza cooperativa y creativa. Fundado en un principio de compensación mediante el cual otro tiene lo que tu careces, y viceversa. La riqueza de la pluralidad complementaria en sana codependencia, nunca será dependencia en ninguno de sus aspectos.

Lo contrario de los valores, antes citados, define el no deseable apego dependiente. Fruto de la desconfianza, tanto de los demás como de uno mismo, de los miedos, de la indigencia afectiva, de la insolidaridad, de la comodidad egoísta, de las relaciones parasitarias, de las feudales, de la esclavitud, del paternalismo, de la sumisión, del consumismo, de la explotación, de la alienación, de la injusticia social que nos determina como clase según intereses ajenos a nuestra voluntad.

En este sistema que vivimos, el poder legitimado y consensuado por medios democráticos es ejercido sobre las personas de forma física, económica, cultural y simbólica, reproduciéndose en las relaciones asimétricas en todo el espacio social y colonizando el mundo de la vida. Con un pensamiento hegemónico que postula como normal un modelo de crecimiento que implica necesariamente niveles mayores de exclusión, destruir el medio ambiente y desgastar la esperanza consolidando una postura ética fatalista frente a la vida.

Todo un modelo de dependencia con una ética cuyo valor fundamental es definido por la autoridad de expertos de indiscutible competencia, que se da en términos de dominación y desarrollo desigualmente injusto en lo social. Y con la sociedad alienada entre necesidades económicas y de reconocimiento, con la expresión de los deseos de libertad inhibidos por el conflicto entre contradicciones objetivas y valoraciones subjetivas.

La alienación es la situación de aquel que no es plenamente sí mismo, que no realiza sus mejores y más originales posibilidades, que reprime y malgasta sus propias energías. Se expresa en formas más o menos conscientes de frustración, de impotencia y de fracaso. En la raíz está el hecho de no poder elegir, de no tener iniciativa sobre la propia vida, de estar expropiado en el sentido más radical, de ser mero objeto y no sujeto.

La alternativa debe ser el auto-análisis. Abrir los ojos ante esta cultura dominante cuyos valores y símbolos marcan la existencia alienada, cuestionar sus normas y estructuras de conciencia. Un conocimiento crítico con las condiciones de dependencia, para transformar la relación dialéctica entre autonomía y alienación planteada como una lucha, que se da entre expulsar o no al opresor desde dentro de uno mismo, entre desalienarse o mantenerse alienado, entre seguir prescripciones o tener opciones, entre ser espectador o actor protagonista de su autonomía en relación con su entorno y el mundo en una dimensión intersubjetiva en permanente diálogo social e histórico.

Mantener una actitud crítica y emancipadora, creativa y solidaria, transformadora de la realidad. Constituirnos como sujetos de conocimiento que actuamos sobre los demás cuando interactuamos mediante: comunicación verbal, relaciones amorosas, institucionales, económicas, etc. que para que sean óptimas exigen una vinculación moral responsable y comprometida.

Ser nosotros mismos. No perder nunca la noción de uno mismo. Encararse con uno mismo y examinarse. Cuando uno es uno mismo, las cosas se ven como son y nos identificamos con lo que nos rodea. Y ahi, en verdad está uno mismo, y también para los demás. Cuando llegamos a ser verdaderamente uno mismo nos mantenemos independientes de todo, y al mismo tiempo dependientes de todo. Alcanzar la libertad absoluta es comprender que somos completamente dependientes e independientes. No hay existencia individual separada, toda existencia depende de otra cosa. Acaso ¿no bebemos cuando tenemos sed?

Y la humanidad toda somos lo mismo, pero no obstante diferentes ya que podemos sentir soledad.

Joan García "Don Giovanni", filósofo y amigo.

viernes, 20 de julio de 2012

Despertando de un mala noche con alguien llamada “clozapina”...




Hara cosa de dos años, coincidiendo con una crisis psicótica, se me ocurrió
nombrarle a la psiquiatra del hospital donde me encontraba yo hospitalizado,
la posibilidad de probar el fármaco llamado “Leponex 100mg” o mas conocida,
la mujer rubia despampanante” con la que te presentan a la clozapina.
Maldito ese día joder!
El leponex se empieza a tomar paulatinamente. Y paulatinamente se empieza
a convertir en una pesadilla. Para empezar es cómo una especie de” lobotomía “mental.
Cómo si hubieras despertado de una noche de juerga, te encuentras tremendamente cansado,
aturdido, te cuesta pensar y despertándote por la mañana, más aún te cuesta usar el cerebro...y por las noches tiene un terrible inconveniente.
Uno de muchos: babeas.sí, literalmente se te cae la baba toda la noche, cómo si te trataras
de un “caracol”.
Además si tomas “leponex” sabras lo que esta más cerca a ser “yonqui”. Primero cada semana, y luego posteriormente te has de hacer una analítica de sangre.
Por qué?
A no, por nada!..(!)
por que, el leponex te baja es sistema inmunitário pudiendo causar
una leucemia en toda regla.
Pero ya digo, lo más jodido, del leponex es el estado abotargado, empanado qué decir
del fabuloso aumento de peso qué en muchas personas causa?
Ahora que he despertado de esta mala noche, de esta pesadilla,
estoy despertando...
Me siento vivo y he vuelto a recuperar mis facultades físicas y mentales, en la medida de lo posible, claro.
Así que ya sabéis, si os cruzáis una noche de fiesta, con una rubia despampante llamada
clozapina, dejarla pasar de largo, no es un buen partido...

Jordi Capdevila elmitedecassandra.blogspot.com

martes, 17 de julio de 2012

LA CONSTRUCCION COMPARTIDA




La construcción compartida”
Espacios saludables sobre los márgenes de la locura.

Es preciso partir del lugar (del lugar ideal donde se expresan la identidad, la relación y la historia) para definir el no-lugar como el espacio donde nada de ello se expresa. Con todo, no obstante, existe la posibilidad de que se cree lugar en el no-lugar. Se trata entonces de un lugar subjetivo y aún más, de los vínculos simbólicos que se manifiestan en el espacio concreto del no-lugar: como las relaciones de camaradería entre colegas en el despacho de un aeropuerto, por ejemplo.” Marc Augé, 1993.

La locura suele ser ese territorio donde el discurso se atora o se eleva hacia universos improbables. Donde por éste mismo motivo la palabra se tacha o se borra, se castra o se mal-trata, se destierra de los procesos comunicativos habituales entre las personas, incluso en aquellos espacios donde debería ser analizada y valorada, tenida en cuenta como rastro o huella de un sufrimiento y una angustia no resuelta. De esta forma lo que Foaucult denomino el monólogo de la razón sobre la locura, sostenida por el “saber” psiquiátrico y articulada en su estructura vertical, se alza como único método discursivo válido y a la postre invalidante.

Diagnosticado, estigmatizado, desprendido de su identidad original, el sujeto sufriente ha de reconstruir su personalidad basándose en significantes que le son ajenos e impuestos, pudiendo provocar una doble angustia social al asumir desde ese momento un doble rol identitario como enfermo mental y paciente crónico (Goffman,1988), 1imposibilitado además en ocasiones para poder asumir nuevos roles que pudieran resignificarle y capacitarle como persona ante un entorno social hostil.

El estigma, esa angustia ante la incomprensión social, por tanto -ese prejuicio, que como tal surge del miedo o la soberbia, en el momento que se confronta un ser que se cree superior a otro por el simple hecho de que éste último tenga ciertas dificultades en el manejo de sus habilidades personales- es un fenómeno que se puede, y de hecho se suele generar ya en la relación profesional Vs paciente. Porque el acceso a la información, el dominio de “saberes” (presuntamente científicos) no elimina de la ecuación al miedo, ni a la desconfianza, y por tanto a los prejuicios, sino que en algunos casos puede influir en la construcción de muros invisibles alrededor de la persona, desde el momento en que en vez de comprensión y trato, se recibe diagnostico y tratamiento únicamente farmacológico, desde una perspectiva ideológica irresponsabilizadora como la biomédica, al afirmar, en un ejercicio de comodidad profesional supina, que nadie, ni sujeto, ni entorno, ni circunstancias vitales, laborales, emocionales, sentimentales, sociales, económicas y/o existenciales, han causado la angustia y el desorden, sino unos traviesos neurotransmisores que parecen actuar de forma autónoma en la vida y en la biografía del paciente.

Ante esta perspectiva el acto hablado, a pesar de ser la principal herramienta en la practica clínica, se transforma en un acto coartado en el que cohabitan el deseo y el miedo al decir como importantes fuerzas telúricas que polarizan y frustran la reestructuración identitaria del sujeto, sino es desde la asunción y sumisión al paradigma biológico, o biopsicosocial (el cual sólo se diferencia del primero sobre el papel y la intención).

Como seres hablantes que somos, como seres sociales que usan de distintas formas del lenguaje para ser y reconocernos entre nosotros, en una especie de juego de espejos donde la palabra es o debe ser tan importante como el silencio, como vehículos principales en el ejercicio comunicacional, la asimilación e interpretación de los distintos mensajes esconden las claves para lograr una respuesta positiva en el otro. Al fin y al cabo, sobre todo en esos momentos en los que parece que se nos emborrone la mirada ante las tribulaciones del vivir, ante esos percances de ser humano, todos anhelamos a ese interlocutor ideal que nos atienda, nos escuche y nos sepa ver tal y como estamos en ese momento y, que sin juzgarnos, nos muestre un poco de luz con su mirada hasta contrarrestar la oscuridad en ciernes que nubla nuestro pensamiento. Este interlocutor ideal es aquel que nos sostiene y nos acoge, nos consuela, nos devuelve la esperanza que creíamos perdida, aportando, desde la horizontalidad más sencilla y humilde, una imagen fiel y cercana de nosotros mismos que nos sirve para cotejar y comparar con la nuestra propia, como si jugáramos mentalmente a las siete diferencias. Como dos dibujos fieles o dos mapas conceptuales de nuestra situación vital podemos ir desgranando las causas reales de nuestro sufrimiento, en un ejercicio de de-construcción de nuestros padeceres cotidianos y nuestros goces, de arqueología de la propia angustia y del Self. Es por esto que es sabido que la palabra esconde un gran poder y que como todo gran poder conlleva una gran responsabilidad.

También es sabido que dentro de las psicoterapias, sólo funcionan aquellas en las que se genera un fenómeno parecido a esa búsqueda del interlocutor ideal de la que hablaba anteriormente. Esos espacios construidos pluralmente en los márgenes de la locura, ya sea de a dos o colectivamente. Donde los vínculos de la relación terapeuta Vs paciente se fortalecen de confianza mutua y de corresponsanbilidad -de no hacer daño en el caso del primero y de aprendizaje en el caso del segundo sobre si mismo, con el fin de lograr manejar distintas herramientas de autogestion emocional que le permitan sostener su estructura mental en la cotidianidad mas mundana del día a día. En dichos espacios la experiencia psicótica no es entendida únicamente como la consecuencia visible de un cerebro malfuncionante sino como una experiencia humana, viva, a la cual se puede vencer y, sino vencer, si integrar dentro de la biografía de un individuo, como un rasgo más de su personalidad. De forma que el loco pueda llegar a manejarse con ella en sociedad sin necesidad de re-ingresar. La comunicación y la relativización de las experiencias psicóticas, por muy asentadas en la certeza que estén, se logra desde la aceptación de las propias singularidades y la firme voluntad de mejoría. Como aquel que después de ser víctima del pánico al atravesar un túnel oscuro por primera vez, acaba, a fuerza de pasar por el mismo túnel una y otra vez, conociendo sus sombras y sus fantasmas, sus propios miedos y los motivos por los que en algunos momentos de su vida se ve dentro del túnel buscando una salida.

En el sistema sanitario español, la alternativa es un ingreso en una unidad cerrada. Ya son pocos los manicomios que permanecen abiertos en nuestro país, pero el cierre de estas antiguas instituciones totales ha resultado un fracaso en su forma. El hecho de que en la unidad de agudos de un Hospital General las puertas sigan permaneciendo cerradas sigue situando a las plantas psiquiátricas como herramientas de control social, en la que lo presuntamente peligroso se encierra por el bien de la comunidad, sin que tenga mucho que ver la peligrosidad con lo propio de la disciplina médica (sintomatología médica que el paciente presente).

Los locos siguen siendo apartados, expulsados, desterrados, segregados de la comunidad por su somera insistencia en salirse del discurso oficial. Como si este fuera un pecado moral, como en tiempos de Pinel, el loco sigue siendo doble víctima de su biografía y del sistema sanitario, porque por mucho que hayan evolucionado los terminos y conceptos que definen y describen el sufrimiento mental, las normas y las relaciones verticales que rigen las nuevas instituciones siguen siendo muy similares a las del siglo XIX. Además si German Berrios está en lo cierto: <<A través de la historia, todos los tratamientos propuestos en psiquiatría parecen funcionar según la ley de los tercios de Black, (un tercio se recupera, un tercio se recupera parcialmente y otro no se recupera, un buen porcentaje del 66% en tasa de recuperación –lo mismo que conseguimos hoy en día) y aún hoy sabemos poco de la naturaleza y del papel del efecto placebo en estos resultados2>> nos hayamos con la posibilidad de que algo tan antiguo como la comprensión y el vínculo humano, la capacidad colectiva de trabajar en pos de un objetivo sea una de las claves de la recuperación de las personas afectadas por problemas de salud mental.

En el sistema de salud imperante se hace de todo, se tratan psicosis agudas o permanentes, trastornos bipolares, trastornos de personalidad (aunque Scheneider3 nos recordaba que dichos trastornos no son más que formas de ser, cuya conductas resultan insostenibles para la sociedad) y todo, siempre, por el bien del paciente. Desde un paternalismo, muchas veces abyecto, se trata al paciente como si fuera un niño o un tonto (y volverse o estar loco no significa ser un niño ni un tonto), el profesional se puede situar en el autoritarismo, o se posiciona del lado de la familia y no del lado del paciente, o desempeña su labor de control social (inherente a la disciplina aunque no guste) sin preocupación por la persona que tienen delante. Cuando quien está delante es una persona. Y etiquetarla como esquizofrénica o psicótica o paciente psiquiátrico, con independencia de que tal diagnóstico indique acertadamente una enfermedad, según el espacio legal y cultural donde se origine, o, al menos, un conjunto de síntomas, supone establecer una división. Como decía Foucault, la sociedad separa a los anormales: los locos, los criminales, los enfermos... Y a los locos, en concreto, se les quita hasta la responsabilidad. Ya no son responsables ni imputables y ese falso proteccionismo le quita al sujeto humano precisamente aquello que lo define: la responsabilidad sobre sus actos que va indisolublemente unida al ejercicio de una libertad a la que no se puede ni se debe renunciar. Ya lo decía Francisco de Quevedo: "Perder la libertad es de bestias. Dejar que nos la quiten de cobardes. Quien por vivir queda esclavo no sabe que la esclavitud no merece el nombre de vida"4.

Dicho de otro modo: <<Para algunos sectores de la biomedicina la locura o problemática mental es crónica en términos clínicos. ¿Pero cómo puede hablarse de la imposibilidad de una cura si no existe aún un claro consenso alrededor de lo que la misma cura significa o implica? Existe, sí, un mejor estar dicen, ¿pero se puede pensar en un mejor estar neutralizando al sujeto y a sus capacidades de acción y de percepción del entorno?, ¿eliminando, en definitiva, sus posibilidades de obra?>>(Correa, 2010)5

No es de recibo que perduren lógicas del psiquiátrico como la idea de seguir considerándonos a las personas diagnosticadas como los enfermitos a quienes hay que asistir permanentemente. Las personas diagnosticadas sí que necesitamos ayudas, pero también necesitamos que nos pregunten si la necesitamos, y como y cuando la necesitamos y que tipo de ayuda necesitamos. Necesitamos que cuenten con nosotros a la hora de construir las políticas y las prácticas relativas a nuestras necesidades. A mi entender en esta corriente imperante y biomédica, que en su esfuerzo por reducir el alma humana a un “algo” racional y mesurable, parece haber olvidado que es imposible crear una ecuación que defina al ser humano sin que el resultado sea infinito, pone de esta forma en peligro a la humanidad frente a su patologización generalizada, transformando su identidad social en una identidad globalmente enferma. Parece que el énfasis excesivo en la dimensión farmacológica de los tratamientos y a pesar de que en muchos casos esta probada su eficacia sedante, está focalizando el problema en el cerebro, cuando la mente no deja de ser una estructura construida desde la palabra viva, pues es gracias a ella que significamos y comprendemos, asimilamos, construimos, compartimos, crecemos, etc.

Sería necesario que la palabra primara en su narrativa por sobre su interpretación en tanto síntoma y que la empatía fuera una herramienta con la que se acercaran posturas y no se levantaran muros.

Máxime cuando recientes estudios demuestran cómo, en un 85% de los casos, un antidepresivo es igual de efectivo que un placebo (Whitaker, 2010)6; claro que el placebo no provoca disforia tardía; y que los más modernos y caros neurolépticos son igual de efectivos que un antipsicótico de primera generación (Kendall,2011)7; pero que donde realmente se cura a los pacientes es con modelos comunitarios o de espíritu similar a las casas de Soteria8, voz que viene del griego “rescate”; que la gran industria farmacéutica manipula y falsea resultados e investigaciones; que en el tercer mundo, donde carecen de los recursos del todopoderoso occidente, dos tercios de las personas afectadas por una psicosis logran superar este trastorno mental frente al tercio que lo supera en nuestra civilización (Read, 2006)9, donde los problemas que afectan a la salud mental de los ciudadanos amenazan con convertirse en la pandemia del siglo XXI (O.M.S. 2007)10. Ante este panorama, quizás, todos debamos hacer una reflexión conjunta sobre la necesidad de un cambio de paradigma. Y cuando digo todos, me estoy refiriendo a todos los agentes que estamos en esta entelequia llamada salud mental, que poca gente sabe definir, pero que a todos los afectados nos remite a un sistema que parece ser más productor de enfermedad que generador de salud.

No se me ocurre otra manera de crecer que relativizar los dogmas existentes en torno a las problemáticas mentales, entre todos, acercando posturas, compartiendo saberes, aprendiendo los unos de los otros, reinventándose, sin jerarquías. La alternativa a lo que propongo es seguir adorando a los apóstoles de lo absoluto y sus oscuras intenciones. La perpetuación de un sistema que desde “la mejor” de las intenciones ha acabado siendo complice en el mejor de los casos de un sistema industrializador de los padeceres.


Vigo, 17 de julio del 2012


1 Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales. Erving Goffman. Buenos
Aires, Amorrortu, 1988.
3Las personalidades psicopáticas de Kurt Schneider, Ediciones Morata, Madrid, 1980
Joase Valdecasas y Amaia Vispe. Http://psotpsiquiatria.blogspot.com
4Vida de Marco Bruto de Francisco de Quevedo y Villegas EDITORIAL DOBLE J, Sevilla, 2007
5RADIO NIKOSIA: LA REBELIÓN DE LOS SABERES PROFANOS (OTRAS PRÁCTICAS, OTROS TERRITORIOS PARA LA LOCURA). Martin Correa Urquiza ISBN:978-84-693-1537-8/DL:T-643-2010
6Anatomy of an Epidemic: Magic Bullets, Psychiatric Drugs, and the Astonishing Rise of Mental Illness in America
by Robert Whitaker.
7The rise and fall of the atypical antipsychotics, Tim Kendall; The British Journal of Psychiatry (2011) 199: 266-268 doi: 10.1192/bjp.bp.110.083766
8Soteria Associates, 2616 Angell Avenue, San Diego, California 92122. Clinical Professor of Psychiatry, School of Medicine, University of California at San Diego.
Soteria House staff, with Mosher L, Menn A, Vallone R, Fort D (1992).
Treatment at Soteria House: A manual for the practice of interpersonal phenomenology, Unpublished Monograph Published in German as: Dabeisein---Das Manual zur Praxis in der Soteria. Bonn. Psychiatrie Verlag, 1994.
9 El sentido de la locura. La exploración del significado de la esquizofrenia, GEEKIE, Jim - READ, John. Herder, Barcelona, 2012.
Modelos de locura,READ, John - MOSHER, Loren R. - BENTALL, Richard P. Herder, Barcelona, 2006.
10 Informe sobre la salud en el mundo 2007 - protección de la salud pública mundial en el siglo XXI: un porvenir más seguro. Organización Mundial de la Salud. Ginebra. 2007.

domingo, 15 de julio de 2012

El gran BENEDETTI, una vez más dando en el clavo...





Disfrutad de este gran poema que m eha recordado un buena migo. No os perdais el audio, está al final de la página, después del poema Soledades.


Sino disfrutadlo por acá:  



Se que os dije que este finde escribiría un post con varias reflexiones sobre la diversidad  fucnional y otras cuestiones, pero no he tenido tiempo suficiente para escribir lo que quería y como quería. Espero hacerlo durante esta semana. Disculpadme!

sábado, 14 de julio de 2012

Deconstruyendo la independencia

Hola!

Quería escribir esta noche la entrada sobre el tema del libro de Asún Pie y otros autores, pero me encuentro un poco cansada, porque he salido de casa a las 10 de la mañana y he llegado a las 12 de la noche, así que lo emplazo para otro momento, pero para que os vayais haciendo una ide, aquí os paso el enlace del video resumen de la presentación. Fijaros que eficacia, a parte de que toda la presentación se retransmitió por streaming, ésto fue ayer jueves y hoy viernes ya estaba hecho el video. Por favor, difundid!ç

http://www.youtube.com/watch?v=Er9-nd4CHhc&feature=youtu.be
Hasta pronto, me retiro ya a dormir.

viernes, 13 de julio de 2012

NUEVA ETAPA

Hola a tod@s,

Cómo estais? Ya de vacaciones o planeándolas?

Hacía ya unos días que no me pasaba por aquí y , de hecho, os escribo para anunciaros alguna que otra novedad, muy por encima y lo más breve posible.

Deciros que tengo intención de crear mi propio blog, aún está todo un poco en el aire y no va a ser de inmediato, pero la idea está rondando por ahí hace ya unos días. Seguiré, si Raúl me lo permite, saludando y compartiendo con vosotros por aquí, pero también me gustaría que si finalmente llevo a cabo la idea del blog, pueda ser de vuestro interés y también lo visiteis.

Durante este finde escribiré una entrada a partir de lo que he reflxionado durante la presentación de un libro de Asun Pie, ya os daré más info cuando escriba el post. Ya han pasado 7 horas desde la presentación del libro y todavía sigo dando vueltas a muchos temas, por eso creo que seguiré reflexionando a partir del post que escriba. Además, me gustaría que hicierais difusión del libro. No se trata del tema que siempre nos une, la salud mental sino que gira entorno al colectivo de diversidad funcional. Aún no me he ledído el libro, empezaré con  la lectura en unos dias, pero lo que se ha hablado a la hora de presentarlo ya me ha despertado mucho interés en adentrarme en el libro e ir reflexionando y sacando mi propia opinión.

Bueno, ya me retiro. Sólo quería hacer esta especie de anuncio de lo que vendrá durante los próximos días.

UN abrazo y salud!

ALMU.

domingo, 8 de julio de 2012

Vigo, ciudad de vacaciones.


Hace cuatro días que aterricé en Vigo, esa ciudad que parece diseñada por un mal jugador de Tetris, precisamente porque carece de cualquier tipo de diseño o plan urbanístico. Es una ciudad que a mi, personalmente, siempre consigue transmitirme unas vibraciones especiales. Obviamente esto es así por la gente que vive en ella, por esos amigos que siempre que me ven me acogen en su grupo como uno más, y así entre cañas y lo que surja, compartimos entre todos la alegría de estar vivos, de ser personitas que hablan y disfrutan estando con otras personitas. No hay más pretexto ni doblez.

En Barcelona también tengo buenos amigos, pero quizás y aunque suene extraño, en los únicos lugares, o, mejor dicho, con las únicas personas que me encuentro realmente a gusto son pocos, poquísimos. Los problemas del día del día, las urgencias que nos atoran, aquellos percances de estar vivo y tener que luchar para mantener lo ya alcanzado, muchas veces me separan de ese sentimiento que recobro con naturalidad en tierras gallegas: una paz natural y expresiva, sin la necesidad de tener que disfrazarme de algo o alguien para proteger dios sabe que neurosis. Al final como hablaba ayer con el bueno de Johnny Benitez estas máscaras, estos disfraces no son más que defensas naturales contra el horror y el vacío de una realidad que en ocasiones, cuando no fijamos nuestra mente en algo concreto como pueden ser tus manos tenaces o tu mirada solicita, como tus palabras fugaces o tus silencios imposibles, como tu sonrisa panorámica o tus lagrimas perladas de sal, todo parece que nos sobrepase, que nos aturda, que nos lleve a la deriva en un abismo de corrientes donde no encontramos asidero. Ya lo decía Lacan:”La realidad es inasible e inabarcable”. No hay asidero ni barca que pueda surcar y mucho menos cartografiar toda su extensión. Pretenderlo es una quimera que roza lo delirante.

Y en cambio a veces parece que que lo urgente no nos permita fijarnos en lo verdaderamente importante y que apremiados por la prisa queramos ir copando etapas en busca de una satisfacción que sólo se logra desde el goce hacia lo sencillo. Unas risas y unas miradas cómplices con esas personas que quiero, mis hermanos nikosianos (quizás el lugar donde más a gusto me siento), unas cañas con mis amigos de toda la vida o con aquellos nuevos que ya ocupan un lugar preferente en mi corazón, una comida con mis viejos libre de sal, pero cargada de buenas intenciones y sobre todo cuando estoy contigo y las ideas y los sentimientos fluyen con libertad. Cuando consigo hablarte, cuando consigo fijar en mi mente aquellas cosas que llevo tanto tiempo queriendo decirte y me lanzo como puedo al vacío de tu blancura intentando sostenerme en el vertigo como si planeara con un parapente, es lo más parecido a volar con mis propias alas que recuerdo. No lo puedo evitar, no lo quiero evitar. Poner cada palabra en su sitio e hilvanar frases, oraciones, párrafos y demás me produce un placer enorme, quizás porque si algo me da miedo, si algo consigue hacerme enloquecer sea el silencio, pero no el silencio exterior, sino el interior. Ya mataron mi voz a base de pastillazos hace mucho, y os aseguro que es la peor sensación, la angustia más intensa que he vivido. La absoluta incapacidad para poder compartir con los amigos y los compañeros, con la familia y contigo mismo nada más que tenues y languidos balbuceos. Esa experiencia fue en definitiva lo más parecido a estar muerto.