Páginas

jueves, 25 de abril de 2013

ATRAVESANDO EL MISTERIO.


Atravesando el misterio.




Las cámaras del vagón lo grabaron todo. Tenía sólo 18 años y demasiado por descubrir. Una universitaria de interior, recién llegada a Barcelona, soñadora e idealista, con ganas de comerme el mundo antes de que me comiera él a mi.

Aquella noche iba a un concierto a las afueras de la ciudad, mis compañeras de piso me avisaron de que fuera con cuidado, no era una zona demasiado segura. Pero todo parecía ir bien.

Al volver, tomé el metro. La diferencia con la ida es que a aquella hora el vagón estaba totalmente vacío. Nada más sentarme me recorrió un escalofrío. Eran las cuatro y media de la madrugada y mi única compañía era el miedo que agitaba el latido de mi corazón. Intentaba tranquilizarme a mi misma, había cámaras de seguridad y vigilancia permanente, pero creo que el alcohol que había tomado aumentaba mi nivel de alteración. Quise morir cuando antes de que se cerraran las puertas del vagón un hombre de aspecto sucio, desaliñado, con la mirada perdida, entraba en él y se sentaba a pocos metros de mí.

Yo intentaba mantener la calma. Pero no podía dejar de mirar a aquel misterioso sujeto. Temía de él y de su aspecto tosco. Temía lo que pudiera hacerme y a la vez me reprendía a mi misma por ser tan prejuiciosa. En un momento dado el hombre se giró hacia mí y nuestras miradas se encontraron a medio camino. Fue entonces cuando se levantó de un salto, y mi corazón pareció desbocarse por momentos, bombeando sangre y terror hasta mi cerebro juvenil.

Lentamente, con la mirada perdida, como si estuviera drogado, se iba acercando hasta mi posición. Yo no sabía como reaccionar. Le veía acercarse por el rabillo del ojo, incapaz de enfrentar su mirada, incapaz de pensar, de levantarme o de gritar. Estaba paralizada por el pánico a un ataque inminente. Sin valor a levantar la mirada, la visión de sus rodillas me indicó que estaba justo delante de mi, mirándome, casi podía sentir como su mirada me atravesaba, empequeñeciéndome a cada instante. Cerré los ojos y no sé cuánto tiempo pasó; si un segundo, cinco, diez o una eternidad en la que creí ahogarme y perder la conciencia. Fue el hombre quién rompió el silencio al decirme con voz firme: <<Señorita, no son horas para que una joven como usted vaya sola. Ándese con cuidado.>>

Cuando al fin me atreví a abrir los ojos, el hombre había desaparecido y el vagón cerraba de nuevo sus puertas, dispuesto a atravesar el subsuelo de la ciudad hasta una nueva parada.

A día de hoy sigo sin saber si estuvo allí realmente o si todo fue producto de mi imaginación aterrada, una broma de mal gusto de mi inconsciente. Pero confieso que, en ocasiones, cuando tomo el metro un sábado de madrugada y regreso sola a casa, me gustaría volver a encontrármelo para preguntarle, y así conocer, que se escondía en realidad detrás de tanto misterio.

2 comentarios:

Unknown dijo...

UFFFF RUL!!!!! NO ES CASUALIDAD QUE ME SIENTA SUPER SUPER SUPER IDENTIFICADA, VERDAD? DIME LA PURA VERDAD: TE HAS INSPIRADO EN LO MIO? YO ME ATREVO A DECIR QUE SÍ PQ SON DEMASIADAS COINCIDENCIAS Y A VECES EL VERBO CAMBIA DE PRIMERA A TERCERA PERSONA. SI REALMENTE ESTÁ BASADO EN MI TRAUMILLA QUE SEPAS QUE TIENES LIBERTAD ABSOLUTA, NO LO HE PODIDO LEER ENTERO PQ PA MI HA SIDO DURILLO, HE LEÍDO EN DIAGONAL Y FRASES SUELTAS, SOBRETODO LAS PRIMERAS Y ÚLTIMAS LÍNEAS...EIII, Y MIS DERECHOS DE BIOGRAFIA? JAJAJAJA. MEJOR TOMARSELO CON HUMOR, VERDAD? EN BREVE ESE CAPÍTULO DE MI VIDA SE VA A ACABAR YA Y COJERÉ OTRO LIBRO PARA LEER...SALUD Y FUERZA!! ABRAZITOS MIL A LOS SEGUIDORES DE ESTE BLOG...

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Lo cierto Almudena es que no me inspire en tu traumilla sino en una historia que me contaron en la Universidad, en clase de Creación literaria. La profe contó una anecdota "ficticia" de algo que le pasó en el metro de Nueva York. Me recree en aquel recuerdo para presentarme al concurso del TMB, pero el relato les pareció ofensivo y nada representativo. Pa ellos la perra gorda!! De todas formas entiendo que puedas haberte sentido identificada. Un abrazo!!