Páginas

martes, 13 de septiembre de 2011

ENTREVISTA A EMILIO POL DE INSTITUTO PSICOFARMACOLOGICO.



Emilio Pol es el jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Psiquiátrico Provincial de Alicante. Aunque define a los farmacéuticos como personas discretas a las que no les gusta destacar, lo cierto es que su trabajo es digno de hacerse público y notorio. Y es que su llegada al hospital supuso un giro de 365 grados en la forma de prescribir, administrar y usar los psicofármacos.
  • "En salud mental la asistencia sanitaria está cubierta, pero no las necesidades sociales"
Gracias a él, el pequeño cuarto con cajas de medicamentos sin fechas de caducidad ni clasificación se convirtió en un departamento perfectamente organizado; llevó a cabo un formulario con todos los medicamentos e hizo una selección para que no hubiera excesos de unos grupos y carencias de otros, lo que supuso un ahorro del 50 por ciento del gasto del centro en tan sólo unos meses. También elaboró una hoja de prescripción y administración de dosis e introdujo las dosis unitarias en las fórmulas líquidas orales de pequeño volumen. "Cuando vi cómo daban las gotas... -se lleva las manos a la cabeza-. Había veces que el enfermero tenía que dar hasta cien gotas. ¿Te imaginas en una sala con treinta pacientes y el enfermero contando cien gotas?". Además, introdujo la formulación magistral.
En este empeño por garantizar el correcto uso de los psicofármacos, Pol ha creado, junto al farmacéutico Francisco Martínez Granados, un blog donde se analizan casos clínicos reales, se cuelgan artículos científicos de interés y se comenta información relevante sobre psicofarmacología de interés para profesionales sanitarios y pacientes. El blog se ha convertido en un referente para el colectivo sanitario y para los enfermos y recibe una media de cien visitas al día.
Estas muestras del trabajo bien hecho reflejan su carácter tenaz y proactivo, y su colaboración con asociaciones de pacientes con patología mental y su implicación en ONG, como Médicos del Mundo, dan fe, además, de su valor humano.
  • "A los enfermos hay que explicarles qué les pasa y mirarles a los ojos, como personas que son"
PREGUNTA.- Cuénteme cómo fue la primera vez que llegó al hospital psiquiátrico. Fue de chiste...
RESPUESTA.-
Cuando llegué al hospital para entrevistarme con José Luis Montolla, director de los Servicios Psiquiátricos de la Diputación de Alicante, me encontré a un chico que estudiaba Filosofía con mi hermano y estaba ingresado por un trastorno bipolar. Me quedé un rato hablando con él sin darme cuenta de que el director se había marchado. Cuando me percaté fui a buscarle y, claro, la puerta estaba cerrada. Buqué a la enfermera para que me abriera y ella empezó a preguntarme que cuándo había llegado y con quién y yo le respondí: "He llegado esta mañana con el doctor Montolla". Al final le dije: "Anda, ábreme que soy el farmacéutico". Y ella me dijo: "¡Mira qué gracioso! Hemos tenido de todo, hasta un Napoleón y psiquiatras, pero nunca un farmacéutico".
P.- Ahora más serios. ¿Cree que se tiene en cuenta al farmacéutico a la hora de estructurar los planes y equipos de salud mental?
R.-
No. Hay trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras, enfermeros, pero el farmacéutico no aparece, cuando la herramienta principal de los tratamientos de estos pacientes son los fármacos; es más, creo que esto no debería ser así.
P.- ¿Cómo debería ser, entonces, el abordaje de estos pacientes?
R.-
Los medicamentos ayudan, pero los problemas personales hay que trabajarlos: el desajuste social que genera la enfermedad, el desempleo, la falta de recursos económicos, agravada por terapias farmacológicos carísimas...
P.- ¿Está fallando, por tanto, el abordaje social?
R.-
La asistencia sanitaria está cubierta, pero los aspectos sociales no. Se están financiando tratamientos farmacológicos muy caros que están consumiendo muchos recursos públicos.
P.- ¿El concepto de uso racional del medicamento se está realmente aplicando en la psiquiatría?
R.-
Hace falta mucho trabajo. Hay pacientes tratados con varios fármacos de la misma familia y con el mismo mecanismos de acción, enfermos con dosis por encima del máximo recomendado o que toman fármacos que no están para la indicación adecuada.
P.- ¿Cree que ha habido un aumento del consumo de psicofármacos en los últimos años en España?
R.-
Ha habido un aumento de la complejidad de los tratamientos. Actualmente estoy llevando a cabo un estudio sobre cómo están evolucionando las dosis de fármacos administradas durante veinte años y ha ido en aumento. Mi hipótesis es que los antipsicóticos generan el uso de más antipsicóticos, pero con un matiz: que el paciente no busca tomarlos, como ocurre con otros medicamentos que generan dependencia.
P.- ¿Cómo se pueden eliminar los estigmas de la patología mental?
R.-
Tratando de normalizar la enfermedad y explicarla, implicando al paciente en la toma de decisiones terapéuticas. Hay que darle voz para que participe.
P.- Pero entender la enfermedad mental es muy difícil...
R.-
Sí, sobre todo porque suele afectar a personas que antes estaban bien. Muchas de ellas son muy capaces, pero hacen cosas raras, y sufren porque ven cosas o escuchan voces que nadie ve ni oye. No entienden qué les pasa y eso genera mucho sufrimiento. Además, hay un rechazo de la enfermedad por esa imposibilidad de comprender qué ocurre.
P.- ¿Ha tenido alguna vez miedo de trabajar en un psiquiátrico?
R.-
Nunca. He visto pacientes con brotes violentos, pero hasta cierto punto lo entiendo: llegan engañadas, sujetadas contra su voluntad... No es de recibo aplicar la violencia con ellas. Hay que explicarles las cosas y respetarles; hay que mirarles a los ojos. Me gusta hablar con ellos.
P.- ¿Recuerda a algún paciente en especial?
R.-
A muchos, sobre todo a aquéllos con los que haces verdaderos esfuerzos por que se recuperen y cuando ya están bien y vuelven a casa y se encuentran con el rechazo de la familia el desenlace es fatal. Eso me ocurrió con una paciente, cuya madre la rechazó y se suicidó. Eso me partió el alma. Tampoco hay que echarle la culpa a la madre, que, probablemente, llevara veinte años de sufrimiento y cuando vuelve a descansar, el problema retorna. Hay que ser comprensivos.
P.- Al margen de su trabajo en el hospital. ¿Qué hace un farmacéutico en una ONG de médicos?
R.-
Fue a raíz de un máster de Medicina Humanitaria que hice y me ofrecieron la representación de Médicos del Mundo de Valencia y acepté. Hemos llevado a cabo programas de reducción de daños en drogodependencias y prostitución y asistencia a inmigrantes y personas sin recursos.

El perfil

DATOS PERSONALES. Nace en Motril (Granada) el 14 de diciembre de 1955.

FORMACIÓN ACADÉMICA. Cursa Farmacia en la Universidad de Granada (1975-1980). Para la obtención del grado realiza una tesina titulada Reactividad del 6-hidroxi-hexanal, en el Departamento de Química Orgánica. Animado por un artículo de uno de los grandes referentes de la Farmacia Hospitalaria, Joaquín Ronda, se presenta a las pruebas del FIR para hacer esta especialidad. En 2002 realiza un máster en medicina humanitaria.
TRAYECTORIA PROFESIONAL. Acabado el periodo de formación como farmacéutico especialista, ocupa durante seis meses una plaza interina de inspección farmacéutica en la Dirección Provincial del Insalud. En 1984 consigue la plaza de farmacéutico en el Hospital Psiquiátrico de Alicante. Durante dos años regentó una botica. Es profesor asociado de la Facultad de Farmacia de la Miguel Hernández, de Elche.
OTRAS ACTIVIDADES. Durante varios años ha formado parte de la junta directiva de Médicos del Mundo de Valencia y ha representado a esta organización en Alicante. Cogestiona, junto al también farmacéutico Francisco Martínez Granados, un blog, Boletín del Dr. Mateo, sobre farmacia y psicofármacos, donde se pone énfasis en aquellos aspectos de la psicofarmacología y psicofarmacoterapia "que no son promocionados por la industria farmacéutica", según sus impulsores.

No hay comentarios: