Aquel rey
sin corona
lamentaba y maldecía
con vecinos: a vecinos
a jovenes y ancianos,
a políticos y apolíticos,
a inmigrantes y emigrantes...
Todo y todos eran peligrosos
ruínes, mezquinos, criminales.
Si por él fuera
les daría muerte,
hasta quedarse solo
y sin corona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario