Páginas

martes, 29 de septiembre de 2009


La sociedad muestra sus garras.
Millares de tentáculos
Grises
Añejos
Viscosos
Retuercen categóricamente
Las tuercas
Los nombres
Las mentes
Hasta que sangra la libertad
Y no se reconoce
En su químico delirio.

Tantos prejuicios pueblan
los libros de psicología
Como bocas
Abiertas
Esperando alimento.

Tras las presas
contenedoras: lágrimas
de encierro, gritos
en la noche, nudos
en las manos crispadas, babas
descolgándose sin querer.
El vaho empaña las ventanas
De soledad, martirio y desconsuelo.
Las personas suplican respuestas
Algo que explique
Porque les ha tocado,
Que crimen han cometido,
Para ser condenados sin preguntas
Para ser apresados en pleno vuelo.

La sociedad así lo exige
Temerosa de todo,
incluso de sí misma
construye con desconfianza
muros para ocultar
sus propios miedos
sus delirios de grandeza
disfrazados de normalidad.

No hay comentarios: