Difícil de-escribir: aquella
impotencia inundada
su ansiedad cristalina;
los muros auto-impuestos
ciegas las salidas
del laberinto de mi cerebro.
Emborrono tu superficie
buscando en la niebla
un punto de luz.
Pero sólo encuentro heridas
abiertas en la piel del pasado,
y dudo y me pierdo
y trastabillo.
Mi cuerpo, caído
en la calle vacía,
devuelve tu silueta
a categorías ingrávidas.
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