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viernes, 8 de mayo de 2009

sin título (de momento)






Perdido en mares de silencio

cargado con pesares de alma impropia

lanzo al mar aquella piedra,

mineral de sueños y sedimento de

todo aquello que he construido con los años.


Abandono el camino, cansado de polvo,

ante mí sólo niebla e incertidumbre,

sólo oscuridad irracional, sólo miedo

manchado con la grasa de la vela,

sólo miedo que

carcome mis entrañas, tan desnudas,

tan desnudas...


Quizás en aquel bar encuentre alivio,

entre el humo que retuerce voluntades,

con el éter que violenta los ánimos,

aroma transparente, corazón helado,

no reacciono a las súplicas de mi consciencia amordazada.


Mi mujer me espera en su isla,

mi barca se retrasa una vez más,

he querido detener mi viaje para ver las estrellas y

sólo he distinguido en ellas

una profunda y cercana soledad.


Rimas que se pierden en el viaje

piedras que sangran a mi paso

retruécano inútil de rostro violento

desencajado por no llorar. Mientras el reloj

indiferente consume mi noche

sumida como está en su propia destrucción.


Abro compuertas y bajo los puentes

si alguien queda con vida que vaya al pueblo

yo me quedo en mi castillo en ruinas

planeando mi huida hacia tierras sin nombres,

aquellas donde el dolor no es dolor, ni

la melancolía es melancolía, ni la locura

una condena etiquetada a destiempo, simplemente

porque no hay palabras que lo definan, porque

respiran el mismo vacío que sumerge mi alma en la nada.

1 comentario:

Unknown dijo...

has posto mi dibujo!!!!!gracias, claudia