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domingo, 17 de julio de 2011

To writte or not to writte, that is the question...


Aviso para navegantes: Este es un escrito de necesidad, es decir de esos que literariamente son absolutamente prescindibles, pero a la vez imprescindibles para el sujeto literario. Es como si los relatos no fueran posibles sin estos vómitos descarnados. Ya que no me es posible tener la calma y la tranquilidad suficiente (necesitaría que las semanas tuvieran 10 días por lo menos) como para escribir un relato o continuar con la novela, o empezar nuevas ideas que se me ocurren (maldita imaginación mía y su voracidad). Pero a tenor (o contra el tenor) de todo esto intentaré escribir o explicar el por que escribo, tema que acabaría rápidamente con un “es mi deseo, mi sueño, mi goce desde chinarro”. Este argumento es más propio de un reduccionista del tipo que sea, es decir, de ese tipo de personas que ante su incapacidad para contar (o inventar) historias o relatos lo reducen a etiquetas con más peso que Ronaldo Nazario de Lima el día de su jubilación. Pero la gracia al escribir o incluso al hablar -aunque mucho más al escribir- es re-presentar los hechos tal y como se han vivido. La objetividad queda por supuesto fuera de esta estructura. Pero como dice Boris Grujensko en boca del gran Woody Allen: la subjetividad es objetiva. Así que a partir de aquí, que sea lo que dios, o la musas, o mis vecinos (cansados de que me ponga a aporrear el teclado a ciertas horas de la noche) quieran.


Según los lacanianos -o algunos de ellos (los más fanáticos)- mi pasión por la escritura tiene que ver con el goce en el lenguaje. Como diría afablemente el Maquinavaja: pos fale, pos fueno, poooo dacuerdo!! Más allá del goce infinito que puedo sentir en todos los ámbitos de la escritura hay pocas cosas que decir. Disfruto pensando una historia, barajándola, estructurándola, escribiéndola y sobre todo al recibir el beneplácito de ese lector más o menos anónimo. A propósito de Henry he encontrado este texto aquí:


El goce es un concepto que se relaciona estrechamente con el campo del lenguaje y las leyes que lo regulan, es decir, con la dimensión intersubjetiva del lenguaje. Por el hecho de que el sujeto habla, por el hecho de que «el inconsciente está estructurado como un lenguaje», como lo señala Lacan, el goce no puede ser concebido como una satisfacción de una necesidad aportada por un objeto que la colmaría. El goce está hecho de la misma materia de la que está hecho el lenguaje, donde el deseo encuentra su lugar y sus reglas. Es este lugar del lenguaje al que Lacan denomina el gran Otro. La dificultad del término goce viene precisamente de su relación con el lugar del Otro, lugar de la cadena significante, es decir, del inconsciente. La materia del goce no es otra cosa que la textura del lenguaje.

El goce también aparece ligado, aunque no se lo mencione explícitamente, a las actividades repetitivas de la pulsión sexual, como sucede, por ejemplo en el chupeteo del seno materno, una vez que se ha satisfecho la necesidad orgánica de alimento, es decir, el niño goza de chupar, lo que marca su entrada en el autoerotismo. El sujeto toxicómano se asemeja bastante a esta imagen del chupeteo del seno por parte del niño; de hecho, es en la toxicomanía donde mejor se observa esa compulsión a la repetición de una experiencia que le brinda al sujeto una cierta satisfacción.



El goce pone en juego algo que no es de orden natural; se trata, por el contrario, del punto en el que el ser vivo se enlaza con el Otro del lenguaje. Lacan distinguirá entre el placer y el goce; el goce es lo que se encuentra en el más allá del principio de placer, es decir, que se trata de algo que excede los límites del placer. Ir más allá del principio del placer es un movimiento ligado a la búsqueda del un goce perdido, lo cual será la causa del sufrimiento del sujeto. Justamente en su texto Más allá del principio del placer de 1920, en el capítulo sobre la repetición, Freud descubre que el sujeto apunta al goce en un esfuerzo de reencontrarlo, lo cual sólo puede manifestarse como «repetición» inconsciente; y si el sujeto repite esta búsqueda de goce, es porque dicho goce está radicalmente perdido.”

En alguna ocasión he hecho alusión a mi relación de tipo vampírica con la literatura. Este tipo de relación se sustenta para mi (ignorante donde los haya) es un constante instinto de superación. Por ponerme a la altura de el blog anterior: Es como si después de probar los senos de mi madre de pequeñico (que hasta a día de hoy mis amigos me siguen diciendo que está como un pan), haya querido conseguir el alimento de una mujer más completa y bella, más verdadera y buena (si Wittgenstein levantara la cabeza...) y a ello me he dedicado desde pequeño con la exigencia del que sabe lo que cuesta batir récords olímpicos. Llegados a este punto tengo que decir que de la literatura lo más cercano a la leche materna o a la leche que he probado es el liquido blanco de aquello que he escrito desde la mayor se mis inocencias. Es decir un liquido que se extiende como mancha de aceite y cuyo sabor siempre cambia según la crítica que recibo sobre el texto en cuestión.


Será por inexperiencia, por humildad, o por ceguera, pero la importancia de ese Otro lector me resulta demasiado importante como para obviarla. Puedo intentar engañarme con afirmaciones del tipo: yo soy el autor así que sé lo que he querido decir, sino lo entienden o no lo aprecian es problema suyo. Y vale, sí, con alguien acostumbrado a leer únicamente los pies de algunas fotos de ciertas revistas pornográficas es fácil fortalecer estos argumentos. Pero al final tus textos llegan a gente que realmente lee y... entonces se sacude el suelo sobre el que piso debido al temblor de mis piernas (las cuales cualquiera diría que están inflando una o varias zodiac a la vez).


No me atreveré a decir que la literatura es como una mujer amada y vilipendiada, según el capricho del inconsciente. Para mi: mi mujer, la cual no tiene un cuerpo según los cánones griegos, pero vamos que yo tampoco, es Almu, la pequeña y gran nenita grande. La crack que me soporta y me libera, y la cual me exige y me ata. Vamos una pareja al fin y al cabo, ¿a la española?, medio loca y pasional, inteligente y honesta, y que cuando besa besa de verdad.


La literatura representaría más bien el papel de amante. Solicita en ocasiones y en otras despechada, negando el más mínimo placer o goce sino es produciendo un sufrimiento doble, porque al negar el goce, la perdida o inexistencia de él se hace doblemente sensible.


Llegados a este punto se me ocurre que el verdadero motivo por el cual me he puesto a escribir es el dolor, la duda, el sufrimiento por alguien amado, o al menos querido. Quizás no parezca que un tema tenga que ver con el otro y quizás sea así. Pero la cosa es que me niego a escribir sobre mi gran amigo Joan el cual lo está pasando jodidamente mal. Me niego a escribir porque aunque le deseo lo mejor, no se a ciencia cierta que va a ser de él. Y sin esa certeza tan psicótica según algunos solo me puedo aferrar a la duda y el deseo neurótico. Al final el miedo a la perdida de alguien querido, el miedo a que esa persona sufra lo indecible (lo real), y que desaparezca...


En nikosia se habla mucho de establecer un espacio donde sea posible -valga la “rebuznancia”- la posibilidad (de decir, de hacer, de ser...). El tópico periodístico de devolver la voz a quien se le ha vetado. Esta situación me hace pensar que cuando la voz realmente desaparece es imposible de recuperar como tal, lo único recuperable es el discurso (y su Colera). Quizás este sea el único motivo (de lo real) por el que escribo estas líneas, por el miedo de la perdida y por el deseo de que esta no sea como me presentan algunos.


Joan saldrás de esta cabronazo!!! Mala hierba nunca muere!! y aunque tu voz desaparezca tu discurso perdurará!!!



Bona nit!! Boas noites!! Gabon!! Buenas noches!!

5 comentarios:

pere dijo...

A través (y a pesar) de todas las racionalizaciones que le echas me llega el hálito vital que conecta unas locuras con otras. Estoy contigo!
Y a ver cuando sueltas otro capítulo, eh?
un abrazo

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Gracias Pere!! Un abrazo!!

Jony Benitez dijo...

a proposito de henry es el camino!!!
abzs

Raúl Velasco Sánchez dijo...

Jony mientras no sea Resacón en la Quirón, hel-ada morfina ataca de nuevo, estaré más tranquilo.

bks!

Anónimo dijo...

A ver si todo sale bien....
Abrazos.
Jesús