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martes, 29 de diciembre de 2009

La nieve esconde en su silencio
un rumor furioso, llamaradas de un alma
negra como garganta de loba
o dientes de perro callejero.
Luminosa como es
su blancura extiende bajo su manto
la oscuridad más absoluta, herencia
temprana de aquel espejo roto, de aquella
carta envíada directamente al fondo del cajón.
Al final, la muerte y sus misterios tras
la puerta cerrada, porque nada,
nada quedará de tanta nieve
cuando se abra la flor en primavera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si cariño, asi me gusta, que escuches al Bisbalito para inspirarte...silencio!!!!...

Raúl Velasco Nikosia dijo...

¬_¬no comments¬_¬

Anónimo dijo...

muy guapos estos poemas. a ver si tienes exito y cobras algo y puedes tu tambien ayudar a los pobres. es broma. no, en serio muy guapos